El campo de las flores.

272 25 17
                                    


- De no habernos desviado pudimos haber llegado al anochecer.

El animal de cola anillada se quejó aún sentado en la parte delantera del barco, solo se movia de ahí cuando tenía hambre, o el viento sacudia el globo bruscamente.

-No estes así Tlacomixtle, además, si realmente quieres que detenga a esa "bruja" voy a necesitar un equipo.

Respondió el cobrizo moviendo su pequeña torre blanca un par de cuadros, poniendo en jake mate a la de moño rojo, quien se dio una palmada en el rostro en respuesta.

El globo se mecía suavemente por los aires dibujando un camino entre nubes. Su destino era más alejado de lo que creian, ya no sabian como matar el tiempo, y que mejor que una buena partida de ajedrez.

-¿La revancha Vale?

- No gracias es la tercera vez que me ganas en el día y a penas son las 10.

- Meow

El dulce sonido del maullar de Alebrije hizo que Leo pusiera atención a su alrededor, se levantó bruscamente y fue hacia la ladera del barco, el curioso minino multicolor tenía razon, estaban volando sobre el campo de las flores, mejor conocido como Xochimilco.

- ¿Y como dices que se llama la niña por la que venimos?

- Kika, y está muy cerca... por ahi.

El cobrizo giró el timón del barco bruscamente haciendo caer a la guanajuatense, quien dio un pequeño grito al imaginar que caía por la borda del barco.

- ¡Cuidado con lo que haces!

- Disculpeme.

El cobrizo no pudo evitar reir al ver la cara de pavor que puso la pálida, él solía poner exactamente la misma cara las primeras veces que el barco se sacudia con las tormentas. Valentina, por su parte, se levantó con el seño funcido y le dio un fuerte golpe al chico en el hombro, quien violvió a reir.

-Sujetense, hora de bajar.

...

- ¡Kika! Ya ven a comer.

El hermano mayor de la joven de cabellos azulados gritaba desde la cocina, este ayudaba a su mamá a poner la mesa mientras que la mencionada, se mantenía a unos cuantos metros de su casa, con los orbes posados en el canal, tener que soportar al nuevo novio de su mamá era un martirio, por lo que prefería no estar cerca si él estaba presente en su casa. Tanto era su desprecio hacia el hombre, que  prefería pasar el rato en la compañia de los ajolotes que vivían en el canal.

- ¡Kika!

Su nombre volvió a resonar a lo lejos, y la joven en respuesta, lanzó una piedra al canal, para luego fijar su atención en su reflejo que se reflejaba en el agua, estaba perdida en sus pensamientos, hasta que logró distinguir algo extraño en el cielo. Tras ella una extraña silueta se dibujó en las nubes, limpió sus ojos pensanda que sería solo un desenfoque de estos, pero no fue así. Levantó la vista y vio, por primera vez en mucho tiempo, el globo.

- ¿San... Juan? ¡SAN JUAN!

La chica comenzó su carrera a los jardines aledaños, donde ella suponia iban a aterrizar, dado esos jardines estaban completamente despejados y ahí el globo estaría oculto entre las ramas secas.

Poco tiempo después, y tal como Kika lo había imaginado, el globo aterrizó en dichos campos.

La peli azul se ocultó tras un par de arbustos ¿y si después de todo no era él? No quería llamar la atención de algún extraño.

Hilo de Sangre. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora