Hilo de Sangre. [EDITANDO]

Un dolor mortal

Un fuerte y ensordecedor estruendo interrumpió la perfecta calma que se había formado en todo Guanajuato. El oxidado y agudo sonido de las bisagras de un viejo portón resonaron en el patio de la iglesia "Corazón sagrado de Jesús", donde un joven moreno y de cabellera chocolate se dirigía furioso a la salida. Sus ojos estaban empapados en lágrimas en su rostro se posaba una mirada capaz de destrozar a cualquiera que se le pusiera enfrente, su blanca dentadura rechinaba ligeramente ante la presión que esté ejercía sobre los mismos, de seguir así, sin lugar a dudas terminaría por romperse un diente.

- Leo, espera por favor, déjame explicarte.

Tras él, una preciosa chica de cabellos oscuros y ojos verdes corría con desespero tratando de detenerlo en su huida.

- ¿Explicarme?, ¡¡¿Explicarme qué?!! ¿Qué el amor de mi vida se enamoró de mi mejor amigo?

El legendario chico se volteó bruscamente hacia ella, la suela de sus zapatos golpeó el suelo con fuerza levantando una nube de polvo, desconsertandola un poco.

- Tú me hiciste lo mismo en Guanajuato.

Susurró ella, cabizbaja. Estas eran las consecuencias de sus actos, o en este caso, pecados, mira que enamorarse de Santiago, quien era el mejor amigo de Leo.

- ¡Ni siquiera conocías a Valentina!.

Alegó el de tez morena mirando furioso la chica, quién se dobló levemente ante el dolor que el cazafantasmas transmitía con su mirada.

- Además eso pasó hace 3 años Xóchitl ¡3 MALDITOS AÑOS!

La atestada bajó la mirada con resignación y habló con aire abajo.

- Nadie le manda al corazón. Tu te enamoraste de Valentina hace 3 años, hoy yo me enamoré de Santiago.

El de cabello cobrizo chasqueó la lengua y con la furia y la tristeza a flor de piel, siguió su camino.

- Por favor, no vuelvas a buscarme jamás.

El cobrizo le dedicó una última mirada a la preciosa morena que le había robado y roto el corazón, para luego perderse entre la muchedumbre.

El joven avanzó sin mirar atrás, el pecho le dolía, este dolor podría matarlo, sin duda alguna.

 
La chica dio un largo suspiro de resignación y con un último aliento se despidió de su amor de la infancia.

...

- Dime que es mentira

Imploraba la castaña de piel pálida mientras lágrimas bajaban sin tregua alguna por sus mejillas, estaba sentada frente al joven músico quién la miraba con tristeza, hace un par de meses juraba que habría sido incapaz de hacerla llorar a ese nivel, pero ahora era más doloroso tener que ocultar la verdad, se  había enamorado de Xóchitl.

- No, no te miento, me enamoré de ella.

Las frías pero honestas palabras del pelinegro terminaron por romperla, un susurro suave escapó de sus labios como un sollozo.

- ¿Entonces por qué? ¿Por qué en me hiciste creer que me amabas tanto si yo no era lo que buscabas?

Sollozó la menor mientras se llevaba ambas palmas a sus rojizos labios.

- Valentina...

- ¿En qué momento te perdí?

Volvió a preguntar la joven de mechones chocolate con la voz talmente rota y el contrario no pudo hacer más que suspirar ante sus preguntas, que en el fondo no era más que una tortura.

- Ya no te amo Valentina.

Ella no lo soportó más, corrió tan rápido como pudo a su habitación y la cerró bajo llave, se recargó en la puerta vieja de madera y se deslizó hasta el piso, donde abrazó sus rodillas y ocultó su rostro entre sus piernas, dejándose invadir por la tristeza.

...

- Creo que no se lo tomaron muy bien.

El melómano abrazó a la joven a su lado, recargando su sien en la nuca de la atezada jovende cabellera eclipsada, Leo había huido furioso al escuchar la confesión del par, y Valentina se había puesto más pálida de lo normal.

- Tendrán que hacerlo tarde o temprano.

Suavemente Xóchitl deslizó su mano hasta ponerla sobre la del chico mientras ambos observaban la radiante luna plateada por una de las ventanas de la iglesia, este era el futuro que deseaban vivir y estaban dispuestos a disfrutarlo.

Pero no sabía qué su elección no haría más que desatar un caótico efecto mariposa.