Adiós.

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Unas cosillas que había olvidado decir es que voy a cambiar cositas, sin relevancia, pero que me van a servir para pulir la historia y desarrollar mejor muchas cosas. Hay cambios ligeros en este capitulo. Disfruta la lectura.

...

- Chisgueitito tienes que comer algo.

Insistía el hermano mayor del Cazafantasmas, mientras jalaba las sábanas con las que su hermano pequeño cubría el rostro. Hace dos semanas había llegado echo un montón de lágrimas y mocos mientras repetía una y otra vez que Santiago le había robado al amor de su vida. Desde ese día no se había llevado nada a la boca y para este punto ya estaba muy desnutrido, sus costillas asomaban bajo su con su camisa y profundas y gruesas ojeras estaban dibujadas al margen de sus ojos, sin contar el color rojo de estos, la ligera hinchazón, y su color pálido.

- Déjame sólo Nando.

Pidió el chico en voz fúnebre y ronca, a la vez que se cubría el rostro con la almohada.

- ¿Estás chillando?

Su buen hermano mayor soltó una ligera risa al ver el blanquisco camino de lágrimas que se dibujaba en las mejillas del menor.

- ¿Qué pasó hermanito? Los hombres no lloran.

El adolescente sonrió burlonamente a su pequeño hermano, quizá esperando una sonrisa, o al menos un buen golpe, pero en lugar de ello, obtuvo una mirada fría. El mayor sé incomodó notoriamente, nunca había sido muy bueno para empatizar con el dolor ajeno. Así que cambió su tono por uno más serio.

- ¿Tanto la querías?

- La amaba más que a mi vida, la amo... aún la amo.

Ante lo último volvió a romper en llanto, las palabras de su ahora ex novia resonaban en todo su ser y destrozaban aún más su ya roto corazón.

...

Aquel día, Xóchitl le pidió a Leo reunirse en la iglesia, dijo que tenían algo importante que discutir, a decir verdad, en un comienzo solo pudo imaginar que tendría relación con algún ente maligno, y que debía zarpar en una misión de nieva cuenta, hasta cierto punto era emocionante.

Al llegar al lugar, se encontró con Valentina, Santiago y Xóchitl, sentados estos últimos frente a la otra chica, quien permanecía de brazos cruzados.

Deben haber peleado.

Pensó Leo, era raro ver a Santiago sentado lejos de ella. En realidad no le prestó importancia y se sentó junto a Vale.

- Perdonen, me tocaba lavar los trastes.

Sonrió Leo.

- ¿Qué es eso tan importante que hay que discutir?

- Bueno... es algo complicado.

Santiago se aclaró la garganta, se escuchaba un poco nervioso.

Xochitl suspiró.

- Sólo, les pedimos por favor que no se lo tomen a mal, estas cosas pasan.

La atestada miró al de paño negro, quién con la mirada le dio fuerzas para continuar.

- Creemos que no es justo para ustedes comenzar esto sin terminar bien las cosas.

Leo sintió un vació en el estomago, no le gustaba el camino que estaba tomando esta conversación. Leo hizo un análisis en retrospectiva de su relación con Xóchitl, las cosas estaban bastante raras entre ellos, para empezar esa fue la razón por la que vinieron a Guanajuato a ver a sus amigos, supusieron que quizá un tiempo entre amigos los ayudaría a relajar las tensiones. Pero ahora que lo pensaba, cierto rechazo por parte de su novia de un tiempo para acá, su falta de interés y un extraño, pero familiar nuevo aroma desde su llegada, comenzaban a ser indicadores y señas que hasta ese momento había ignorado.

Hilo de Sangre. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora