Te Encontrare Pasquarelli ©

| Capitulo 13 |

|Narra Karol|

— Es verdad, pero a todo esto, tu donde estabas.

— Conmigo — Que hace aquí Giovanna.

Respiro profundo mirando a Ruggero sin poder creerlo, es que avanzas un paso y el imbécil retrocede diez.— Nosotros estábamos — trata de justificarse, pero para ser honesta tengo cero ganas de oír su teoría.

— No importa, digo casi nos matan, pero así es esto — los observo por un milisegundo, aun no entiendo porque me siento amenazada por esa estúpida — Buenas noches — llego a mi habitación y sin pensarlo tiro la lampara a la pared en un acto de furia.

— Maldita perra. — cálmate Karol, ella no se va a quedar, tu te vas a encargar de eso.

(...)

Este es el desayuno más patético de la vida, de verdad creen que Giovanna y yo en la misma mesa es buena idea.— Me pasas la mantequilla Ruggero — la fulmino con la mirada, enserio no la soporto más, busca cualquier excusa estúpida para hablarle.

— Algún problema Karol — genial Agustin me descubrió.

— Para ser honesta si — veo a Giovanna de reojo — No me gusta compartir — veo a Ruggero — la mesa con personas que no son de mi agrado.

— Tienes algún problema — que descara es esta tipa

— Todavía lo preguntas — niego soltado una risa irónica — eres una maldita hipocrita, ni siquiera se que haces aquí, no necesitamos ni tu dinero, ni tu proyecto y mucho menos tu presencia.

— Karol — esperen ruggero me esta regañando, enserio va a defender a esta tipa.

— No déjala Ruggero, no se porque opinas, eres nueva en esto, no tienes ni voz ni voto en esta mesa, eres una arrimada, que solo necesita entrenamiento para levantar un cartel que murió desde hace meses.

— Tal vez sea nueva, pero eso no significa que no sea eficiente, tengo mejor puntería que tu y lo sabes, y ya se me quito las ganas de comer, con tu cara de mosquita muerta.

— ¿A donde vas? — que acaso Ruggero no me puede dejar ni un segundo tranquila.

— Con Alonso, tengo que entrenar. — me retiro de ahí dejándolo con la palabra en la boca.

(...)

Faltan quince minutos para iniciar el entrenamiento, ni se imaginan las ganas que tengo de romper todo lo que me encuentro encima, pero al parecer ya llego mi presa — Que quieres.

— Se puede saber que fue eso del desayuno.

— Por favor Giovanna no te hagas, no soy hipócrita.

— Desde ayer, estas así, no te entiendo, se suponía que entre tu y ruggero no pasaba nada.— tu lo dijiste, se suponía.

— Pues no pasa nada, tu no me caes bien, por muchos motivos — la encaro — motivos que no tienen nada que ver con Ruggero.

— Hare como que te creo, pero es mejor así — no la entiendo — si tu no sientes nada por él, eso me deja el camino libre, aunque pensándolo bien, no se porque me preocupo de ti, si el ayer me demostró que tu no significas nada.

—Eso no decía anoche mientras fallábamos — pensé.

— Ay viene Alonso, déjame entrenar, o quieres que empiece a partir tu cabecita como calentamiento. — suelta un quejido y se larga.