|Capitulo 16|

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|Narra Karol| 

Yo la mate, yo mate a una policía, sigo mirando su cuerpo cubierto de sangre, siento como unas manos me voltean y me pierdo en sus ojos — Ey!, ¿Qué paso?, oí un disparo estas bien — es Ruggero, deja de preocuparse por mi cuando e da cuenta de lo sucedido.

—La mataste — expresa con cierto enojo, pero a este que le pasa.

— Si—desafiándolo me puse al frente de él, cruce mis brazos y lo encare — algún problema.

— Porque lo hiciste — contra ataca, esto no tiene ningún sentido, el la quería muerta, pues ya lo esta.

— Que te importa.—Niego para irme.

Pero no es suficiente ya que logra alcanzarme con su mano, deteniéndome al instante — Me importa y mucho. — lo mire incrédula.

—Que dijiste — indignada— Tú la ibas a matar — se lo recalco — cual es la diferencia que lo haya hecho yo.

— Mucha — esto es el colmo.

— Que paso nene te la querías follar y ahora no puedes — dije con cierta pena irónica.

Rie con mi comentario — Deja de decir estupideces, y dime el porque la mataste.

— Y tu dime el porque te importa tanto su muerte, acaso se convirtió en alguien indispensable para ti en estos días — levante el ceño. 

— Si — baje la mirada por un momento.

— La mate porque es policía, y porque como tu dices, todos los policías deberían de morir — aunque yo sea uno.

— Ese no es el único motivo, sabes ya ni necesito saberlo, ya esta hecho, solo espero, que no haya sido por unos celos estúpidos, porque sinceramente en este momento necesitaba más a Giovanna que a ti — fue lo ultimo que dijo, antes dejándome sola.

No voy a llorar por un hombre, nunca lo hice, y el no será el primero.

Suspire fuerte — Tonancio!— grite con fuerza, mientras el pobre hombre venia con rapidez a mi llamado — encárgate de ese cuerpo — señale con obviedad el cuerpo de Giovanna, mientras me dirigía a mi habitación.

Aun que no lo crean soy una de esas personas que nunca le pone nombre a las cosas, y en cierto punto no se, si es malo o bueno, pero lo único que se, que lo que pasa con Ruggero no lo puedo dejar desapercibido, porque aun trate de negarlo, lo que dijo hoy, me dolió más de lo que quiero aceptar.

unos toque en la puerta me hicieron volver a la realidad — Puedo pasar — es Agustin.

— Claro — seco un poco mis ojos — que necesitas — cargue el arma dispuesta a salir, pero me detuvo.

—Tranquila, hoy no vamos a ninguna misión, desde que tu abuelo esta en la cárcel, no vendemos mercancía, por lo que las únicas misiones que tenemos son robar joyas para Hunter.

—Y que esperan para contratar a alguien de Tijuana que les pase la merca, sabes que el negocio es muy duro cada día.

— Por eso quería hablarte — nos sentamos en mi cama — no tenemos un proveedor de narcóticos porque tu familia era la que se encargaba de eso, y ahora que no estas.

—No hay quien siga el legado — continuo y el asiente.

—Mira yo he visto mucho potencial en ti estos meses, pero para serte sincero no podemos esperar más, tenemos que salir a vender cocaína o marihuana, nos van a olvidar, y volver a subir en esos podios es bien difícil.

Te Encontrare Pasquarelli ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora