|Capitulo 21|

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|Narra Karol|

Negue sin poder creerlo, era mucha información para mi en este momento como era posible que me hiciera esto — Tu no puedes quitarte esto — tome el anillo y se lo entregue — puedo ser lo más mierda que quieras, pero me amas — camino hacia él encarándolo — porque me amas, ¿verdad?

A lenguas se nota que esta furioso, pero no conmigo si no con el mismo, cubre sus manos con su cara por un momento — No.

Han escuchado que una palabra, puede destruirte en un segundo, porque en este momento, no solo me siento mal, si no también humillada, perdiendo el tiempo por alguien que no vale la pena.— Yo a ti no te amo, yo amo Karol Sevilla, a ese puto personaje que creaste, yo no se quien tu eres.— volvió a decir para volver hacerme sentirme culpable.

—Yo soy Karol — el niega — tu Karol — alguien me avisa cuando dejamos de llorar, porque se que ambos estamos destruyéndonos por dentro con cada palabra — Te prohíbo que te quites ese anillo.

— Tu a mi, no me das ordenes, tu no eres nadie.— de verdad el piensa eso.

— Sabes que me canse de hacerte entrar en razón — tome mi anillo, y lo sacaba lentamente de mi dedo, mientras veía su reacción, sin duda él no se lo esperaba — Dijiste que nos quitaríamos estos anillos cuando nos dejemos de amar.

Esto me duele más a mi que a él se los aseguro donde sea — Pues yo no puedo amar a alguien que no confía en mi.— deje la sortija en sus escritorio y con todo el dolor de mi corazón camino firmemente fuera del despacho.

No mires atrás...

No mires atrás...

No mires atrás...

Me repetía constantemente, exactamente ya no se quien sea, pero lo único que tengo claro es que ya no puedo seguir llorándole, no más.

Seque mis lagrimas, llegue a la cocina donde se encontraba Amanda, el olor a café me hace recordar a los desayunos que tenía con él, mi llanto no cesaba y como lo haría si aun que quiera negarlo estoy rota por dentro.

— Señorita Karol, esa de vuelta, quiere que le prepare su habitación, o ahora con el patrón. — se dio cuenta de mi aspecto y dejo de hablar — Se encuentra bien.

—Si, es solo que no me voy a quedar, justo dentro de una hora vendrán por mi, esperare aquí por si no le importa.

—Oh claro no, de paso me hace compañía, pero que hace aquí conmigo, el jefe estuvo preguntado por usted todos los días.— pregunto todo los días.

— Amanda, usted sabe quien es Candelaria.— al decir ese nombre note como palidece, y empieza temblar.

—Disculpe señorita pero no creo que sea conveniente que yo...-

—Soy de confianza— le dije y ella asintió, entiéndame.

—Candelaria Molfese, fue la pareja del señor Ruggero por cuatro años.— por eso decía su nombre el otro día.

—Y donde esta ella ahora.— se que me voy arrepentir de esto, pero quiero saber la verdad.

—Muerta— trate de no parecer sorprendida ante su respuesta, pero me fue imposible.—Era una espía, trabajaba con otros narcos, por suerte Ruggero la descubrió a tiempo y pudo matarla al enterarse.— como es que yo no sabía nada de esto.

—Él mata a todo el que lo traiciona.— por que si es así porque no hizo eso conmigo.

— A decir verdad si, yo por mucho tiempo pensé que no la iba a matar por el amor que se tenían pero, el al final la ejecuto.

Te Encontrare Pasquarelli ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora