|Capitulo 23|

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Maratón 1/3

|Karol Sevilla|

Al ver sus ojos no descifró mucho, quisiera saber que piensa, qué pasa por su mente, tal vez está dudando si sus millones valen más que mi vida.

Un hombre apareció entregándole algo a Razpón, aún sigo en el suelo con esta fría arma sobre mi sien—Este anillo se lo regalaste tú— ese viejo miserable le entrega mi sortija, no pasan dos seguidos y ya veo su cara de decepción en su rostro.

Si de algo estoy segura, es que él no me va a salvar — ¿Cuanto dinero quieres?

Trato de que no note mi mini alegría al saber que está reconsiderando salvarme— Dime tú, ¿cuánto dinero crees que vale esta chica?

Empieza a analizarme con la mirada, este hombre está loco, no permitiré que nadie me ponga precio — ¡máteme! — gritó, sorprendiendo a todos los presentes.

Ruggero niega con la mirada y yo solo asiento derramando una lagrima— dispáreme — ordenó al tipo que tiene el revólver sobre mi cabeza.

De inmediato Razpón le niega al tipo esa opción, por lo que se descuida un segundo y logro quitarle el arma, más no la saco de cabeza.

Camino hacia donde está Ruggero, sigo apuntándome, ya no le tengo miedo a nada, estamos frente a frente— Te Amo.

Quito el seguro del arma y antes de dispararme, empieza un tiroteo, Ruggero me tira al suelo con el — Estas loca — me desarma.

— No iba a permitir que me pusieras un precio, como si fuera tu objeto — llegamos detrás de un columna — ahora dame el arma, porque tenemos que salir de aquí.

Asiente disparándole a un guardia de la mansión — No lo vuelvas a perder — me entrega el anillo.

Sonrió como estupida y me lo pongo, para que luego me entregue mi pistola, y empezó la fiesta.—no nos podemos ir sin Eva.

—Quien es ella—suspira mientras vuelve al escondite después de tirar un par de balazos.

—Una persona de confianza, no la puedo dejar aquí.— salí de mi escondite y di unos tiros más.

—Cuantas balas te quedan — Revisé el cargador, solo tengo tres.

—No muchas, dime que trajiste a tus hombres — rogaba porque sea verdad.

—Y tú quienes crees que han hecho este desastre — sonrió burlón.

Niego divertida.—Cuidado—dice el antes de cubrir su cuerpo contra el mío para protegerme, estamos muy juntos, tanto así que siento su respiración con la mía.

Las miradas se quedaron estáticas por un momento, ya les dijo que me pierdo en sus hermosos ojos marrones.—Esa es tu amiga — salgo del trance, y veo a Eva salir de la hacienda entre balazos.

—Ya vinieron más, ahora si hay que salir—la puerta no está tan lejos, el problema, es que tenemos que evitar que nos peguen un tiro.

—Yo te cubro primero — asiento, espero sus disparos para correr hacia la puerta.

— Ven — distraigo a los demás, mientras él corre hacia mi, estamos fuera, bajamos las escaleras de la entrada, y una camioneta negra se estaciona rudamente, Ruggero se pone delante de mí protegiéndome.

—Somos nosotros patrón — sale Tonancio de la camioneta, y el corazón vuelve a mi cuerpo.

—Está bien patrona — es Chucho.

—Si está bien, vámonos — habla Ruggero por mi, y me jala hacia la camioneta.

Que fue eso.

Te Encontrare Pasquarelli ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora