|Capitulo 15|

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Seducir a un hombre es fácil, el dilema es que tu tampoco te enamores.—Así que Renato Bicen, nunca había escuchado su nombre.

Ambos sonreímos al mirarnos, es guapo, pero es idiota — Es normal que no sepa quien soy, trabajo en las sombras.

—Interesante — termino mi bebida sin dejar de obsérvalo — Sabe, una amiga me invito al casino, me dijo que nos divertiríamos, pero ahora me dejo plantada, y no entiendo nada de lo que hablan.

— No eres Americana. — niego con sutileza.

— Soy de México, llegue hace un par de días, justo hoy el hotel donde me hospedaba me dio de baja, se suponía que mi amiga me iba a llevar a su casa y ahora no tengo con quien dormir — gruñí en silencio mirando al suelo.

— Que pena — me compadece.

— Si, pero la vida sigue, y lo único que tengo ahora es este Martini, o tenía porque se me acaba de terminar.

— Te invito un trago.

— Acepto, me caes bien, no se porque pero me inspiras confianza.— el sonríe con mi comentario, y pide bebidas para ambos.

— Por lo que vi no sabes ingles.

Niego con la cabeza después de beber un poco — Como te comente soy de México y el idioma no es mi fuerte, solo estaba aquí de vacaciones.

— y tus padres.

— Ellos murieron — hace una cara de lamento, y a decir verdad yo también, porque sabia que esta era la único cierto de nuestra conversación.

— Bueno no hablemos de eso, te he dicho lo bonita que eres. — genial empecemos con esto, que ya me estaba aburriendo.

— Gracias — miro al suelo actuando con timidez — eres guapo también.

Suena una música lenta de fondo — Bailas — asiento.

— Pero no aquí — toma su mano y nos dirigimos hacia las habitaciones. — tu me invitaste un trago y yo te voy hacer un baile.— este chico entendió perfecto a donde íbamos y me beso de improvisto, tuve que seguírselo.

— Me encantan tu ojos.

— Tu siéntate ahí — señale un mueble — ponte cómodo y relájate — le quite el saco con cuidado, mientras observe como tenia su maletín en la otra mano — y esto — tome la maleta y antes de que dijera algo lo bese — lo vamos a dejar ahí.

— Me vas a sorprender. — habla al separarnos.

— Como no tienes idea, pero primero un trago — llegue a la mesa y serví dos vasos de wiski, le eche hielos al mío, y al de él el sedante que me dio Agustin.

— Y porque brindamos — le entrego su bebida.

— Por que nos conocimos — chochamos los vasos diciendo salud, mientras yo fingía tomar de este el casi se lo termina, que idiota.

— Sabes usar eso — señalo el tubo mientas se sentaba delante de él.

— Si — Bajo el cierro de mi vestido y lo dejo caer, suelto mi cabello y el se me queda viendo mi hermosa lencería — Te gusta.

Se termino su trago y suspira, hasta aquí siento su excitación. — me encanta — trata de venir a mi pero lo detengo — no, tu te vas a quedar ahí sentado — quito su corbata lentamente, a que hora hace efecto esta mierda.

Llego al tuvo y empiezo a bailar, me siento como una puta, pero me acabo de dar cuenta que las putas si se divierten, sus ojos están a nada de cerrarse, el hace un esfuerzo por matenerlos abiertos pero le es imposible.

Te Encontrare Pasquarelli ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora