CAPÍTULO 16. Rogando perdón y Suplicando Segunda Oportunidad

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Tras terminar de comer en la casa de la familia Bucket después de toda una mañana de estudiar, Willy me mandó un mensaje en el que me decía que esta tarde inauguraremos mi nueva sala de estudio. Y, además, que esta noche cenaríamos él y yo a solas; en la fábrica.

Supongo que es para que ningún fotógrafo nos pille infraganti como la otra vez. Es lógico. Ya le estoy causando, de forma indirecta, demasiados problemas. Sin embargo, sé que él tiene un poco de culpa, pero lo que paso entre Ruth y él ya forma parte del pasado.

Entiendo que, para seguir adelante, en aquel entonces, tuvo que hacer algún que otro sacrificio, aunque lo que hizo fuera poco ético, Ruth no se quedó atrás. No se hizo respetar, y aprovechó la situación de Willy para acostarse con él; eso resulta hasta inmoral. ¿Qué clase de mujer se acuesta con un hombre por solo placer?

Sé que el amor conlleva a placer y, a veces, viceversa. Digo a veces, por que, si es cierto lo que Willy me dijo, él no siente nada por Ruth. Se entregó a ella por su dinero, pues lo necesitaba para seguir adelante en sus metas de chocolatero mundial; y lo entiendo y lo respeto.

Pero ahora Ruth hará hasta lo imposible por apartarme de Willy, lo sé; puedo sentir como su sombra se cierne sobre mi.

Vuelvo a mi habitación para hacer un poco de limpieza, tal vez así deje de pensar en el gran problema que se me viene encima. No obstante, antes de llegar, Willy me llama desde la puerta de su habitación. Le sonrió y entro con él.

- Siéntate mi amor, tengo que hablar contigo. – Me dice mientras me sirve un poco de té. Siempre tan amable conmigo, aunque haya hecho en el pasado, este hombre es todo un caballero. De los que apenas hay hoy en día.

- ¿Qué pasa, Willy? – Pregunto un poco curiosa. Él no me suele llamar, así como así si no hay ningún motivo aparente.

- He estado pensando en todo esto. En mi pasado con Ruth, en mi futuro contigo, en definitiva, en todo. Y ... he llegado a una conclusión seria y definitiva. – Dice en tono autoritario, como se suele poner cuando se hace el dueño de todo.

- ¿Y? – Su silencio me impacienta, aunque no ha dejado de mirarme, me impacienta aún más toda esta tensión.

- Es más que evidente que voy a elegirte a ti antes que a cualquier otra, mi amor. Pero lo que he decidido será una sorpresa, tanto para ti, como para Ruth y, sobre todo, para el mundo entero. – Más silencio. Después de haberme dicho que ha decidido algo, es mejor que me diga el qué, no que me tenga en este suspense.

- Pero, Willy, ¿por qué no me lo dices ahora? – Willy besa mi mejilla y me sonríe.

- Porque necesito antes la aprobación de tu padre y de tu hermano, amada mía. Pero, sobre todo, necesito el consejo de tu padre, mi Natalia. – Vuelve a besarme en la mejilla. Más preguntas. ¿Qué le pedirá Willy a mi familia? – Y si de algo sirve, no solo te he llamado para decirte todo esto. Hay algo más ... algo más serio y más grave. – Me mira con un halo de pena y preocupación mezclado con una tenue tristeza. Mi corazón se para al verlo así de apenado.

- ¿Qué es lo que pasa ahora, Willy? No me asustes, por favor. – Le digo en tono súplica. Creo que en tan pocos días he sufrido y aguantado lo que en toda mi vida. Necesito un respiro.

- No es nada malo, solo que ... - Me mira apenado y lo que dice ahora me gana el corazón. – Sé que te he fallado como nunca he imaginado fallar a nadie. Pero lo que hice, lo volvería hacer, pues así volvería a conocerte y a conocer a Charlie, ya que, gracias al dinero de Ruth pude hacer el viaje a Loompalandia, encontrar a mis queridos trabajadores y levantar nuevamente mi imperio. Volver a lanzar los boletos dorados y ... tenerte en mi vida, mi amor. Pero eso no es lo que importa ahora. – Dice secamente y me coge de las manos, entrelazándolas con las suyas tierna y cariñosamente. Se arrodilla y apoya sus codos en mis piernas. Sus gestos tan bondadosos me hacen sentir amada. – Lo que te quiero pedir es perdón, Natalia. Quiero pedirte perdón por todo esto. Sé que, de alguna forma que no consigo explicarme, soy yo el culpable de toda esta mala situación que tienes que soportar. Y créeme que me siento muy mal por todo lo que te esta pasando, mi amor, me siento muy mal. – Willy agacha la cabeza apoyándola sobre nuestras manos unidas. Siento que está llorando, pues siento gotas caer sobre mis manos.

Natalia y la Fábrica de ChocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora