CAPÍTULO 18. Tapaderas y Deseos

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Antes de que me fuera, Willy le insistió a la doctora para que me quedara esta noche con él, pues decía que no quería quedarse solo. La doctora y no nos miramos interrogantes, pero al final ella cedió, permitiéndome dormir con él. Algo me dice que él tiene pensado.

- Está bien, señor Wonka, pero le pido que no haga esfuerzos innecesarios. Aunque la bala solo le haya tocado ningún órgano importante, usted está aún muy convaleciente.

- Lo sé, doctora. Pero necesito que alguien me cuide esta noche, y sé que al lado de la mujer que más quiero en este mundo me pueda cuidar.

Finalmente, la doctora se fue a traer mis cosas que le pedí y a decir a mi familia que me quedaré con él esta noche. Miro a Willy, aún abrazada a él y me mira con lujuria y deseo. Era lo que me esperaba. Si ya cuando se despertó ya me pidió que me acostara con él, lo de insistir en que me quedara seguía siendo su propia calentura.

- Mejor así, solos, mi dulce chocolate, así nadie nos molestara. – Besa mi frete y le miro con enojo.

- Willy, estás recién operado. ¿Y tú solo piensas en eso? – Willy rompe a reír a carcajada.

- No, mi amor, no. Claro que no pienso solo en eso. Ahora estaba pensando en que, como ya he estropeado tu fiesta de graduación, quisiera compensarte de alguna manera. – Me acurruca más en su pecho, arropándome entre sus brazos.

- Willy, tú no tienes la culpa de nada. Además, ni Liam ni yo tenemos muchas ganas de fiesta. Pues él se iba esta noche de viaje de novios a Cancún.

- ¿Liam? – Willy me pregunta un poco ... celoso. Evito reírme y le cuento que Liam es solo un amigo de la facultad, aunque él estudió psiquiatría y yo psicología. - ¿Era ese chico que estaba sentado a tu lado en el discurso de graduación? – Asiento y él cierra los ojos. – Y yo pensaba que era ... -

- ¿Alguien que estaba coqueteando conmigo? – Le digo en tono de broma y el se pone como un tomate.

- No tiene gracia, mi chocolate. Era la primera vez que me sentía ... -

- Celoso, lo sé. – Beso su mejilla y como respuesta, él se lanza sobre mis labios y se apodera de ellos en un beso sin fin. Un beso que conlleva a gemidos roncos y deseosos de ir más allá. Nunca me cansaré de este hombre, que solo con un roce suyo, me hace tocar el cielo.

- No te puedes imaginar el tiempo que llevo esperándote, incluso en mis inicios de chocolatero me imaginaba tener a mi lado a una mujer como tu mi amor, mi dulce flor de chocolate. – Besa mi frente y me cubre con las sábanas de la cama para estar más caliente. - ¿Y dices que Liam se va a Cancún?

- Sí, me lo dijo la semana pasada, cuando él fue a ver a su novio al hospital. Y su novio es el mismísimo doctor Walker, mi amor. Mi jefe de prácticas. Le dijo Walker a Liam que, como regalo de graduación, le iba a regalar un viaje de novios a Cancún, de donde es Walker, a pasar unos días. – Willy se queda pensativo. Ya me puedo imaginar lo que estará pensando; después de todo lo que él me compra y me regala, seguramente esté pensando en regalarme a mi también un viaje de novios. Sin embargo, sigo sin acostumbrarme a todos sus caprichos caros que me obsequia. Si fuera una mujer materialista y interesada, le hacía mucha ilusión, pero a mí todo esto me ahoga y me agobia. Siempre he conseguido todo lo que tengo por mi misma, sin que nadie me ayudase. No obstante, sé que Willy lo hace con las mejores intenciones, aún así me siento en un poco exasperada con tantas cosas tan caras.

- Willy, sea lo que sea lo que estás pensando, mi respuesta es no. – Le digo ante la idea de un viaje.

- ¿No quieres venir conmigo a Loompalandia? – Le miro sorprendida. Pero, ¿de verdad, Loompalandia existe? ¿No era invención total de Willy para pavonearse un poco ante todos los invitados que asistimos a la visita de la Fábrica? – Existe, mi amor, existe. – Besa de nuevo mi frente y se mueve un poco de forma seductora. Willy, no empieces, aquí no, por favor.

Natalia y la Fábrica de ChocolateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora