Natalia y la Fábrica de Chocolate

CAPÍTULO 33. Descubrimientos

Pasaron dos semanas desde aquel sueño, si se le puede llamar así. Charlie y Willy siguen concentrados en sus nuevos proyectos, mientras que yo sigo con las consultas a los Oompa Loompas y seminarios en la universidad.

Pronto cumpliré un mes de embarazo y, aunque no lo parezca, siento mi vientre más hinchado, es extraño. Sin embargo, sigo sin sentir nada dentro de mi, aunque las pruebas sigan diciendo que estoy en estado.

Esta noche Willy ha planeado para nosotros una cena diferente, pues viene su padre a cenar con nosotros. Tal vez sea un buen momento, para hablar con el, en privado. Quiero saber más sobre ese sueño. Raras son las veces que los sueños no son premonitorios, siempre nos revelan algo que pasó o que pasará.

Sé que entre Willy y la señora Salt no hubo ni hay nada, pues él una vez me dijo que no conocía a esa familia antes del tour de la fábrica. Y yo le creo.

No obstante, esta mañana me vino un paquete de lo más sospechoso, en el que vino adjunto con una nota, en la que decía:

<< Querida y bella señora Wonka, le escribo estas pocas líneas para preguntar por usted, pues desde aquel 1 de febrero no sé nada de usted.

Aquel día no tuvimos tiempo de hablar ni de conocernos. Me quedé impresionado por su belleza y su inteligencia. Me gustaría hablar con usted sobre un posible acuerdo mutuo. Le dejo mi número en mi tarjeta. Un saludo y espero saber pronto sobre usted. Cordialmente, señor Vicent Salt. >>

Una sensación molesta y desagradable recorre todo mi cuerpo. ¿Qué querrá negociar conmigo? ¿Qué pretenderá?

- Ni se te ocurra hablar con ese señor. No me cae ni me cayó bien desde el primer día. – Dice Willy detrás de mí, con el mentón apoyado en mi hombro y observando la nota. – Me dio mala sensación cuando lo vi en el pasillo. Y menos durante la visita, no paraba de mirarte a reojo, como si te estuviera estudiando de arriba a abajo. – El tono de Willy expresa vívidamente su horror al recordar a este señor.

- ¿Crees que tiene malas intenciones conmigo, cariño? – Le pregunto para saber si son celos o es ... protección ante algo mucho peor que está por venir.

- Malas no, malísimas. Lo peor que puede hacer un hombre a una mujer. – Su voz tiembla de preocupación. – Temía que este día llegara. - Me giro y lo abrazo fuertemente. Willy comienza a temblar y a llorar en mi hombro. Su nerviosismo no es normal. Algo pasa y nada bueno.

- Cálmate amor, por favor. No pasará nada, todo está bien. – Intento consolarlo, pero sin éxito.

- No lo entiendes. Pero te diré la verdad. – Se seca sus lágrimas y, cogiéndome de la mano, me lleva a su despacho. Una oficina que me encanta por ese olor agradable a ambientador de frutos del bosque y esa sensación tropical, es muy agradable y relajante.

Willy se dirige a un mueble que hace esquina con la ventana de la estancia, abre uno de sus cuatro cajones y saca una carpeta con un pequeño estuche. Cierra el cajón y pone todo lo que cogió encima de su escritorio, me indica que tome asiento.

- Hace menos de una semana que anunciaron por toda la prensa inglesa que el matrimonio Salt se habían divorciado. Fue un verdadero shock para el mundo empresarial y del corazón de allí. – Me enseña un recorte de varios periódicos ingleses anunciando la noticia. – Hace cosa de tres días me vino esta llamada, la cual grave. – Willy coloca una cinta de grabación en un lector y comienza a escucharse su contenido:

<<- Señor Wonka, sé que solo nos conocimos en aquel día, pero debo de advertirle, no descansaré hasta obtener toda su fortuna, todo su poder, todo su dinero, y, sobre todo, a su amada esposa. Es realmente hermosa, ¿verdad?