37. Prohibido

6.4K 812 97
                                    


—Llegaron —avisó.

Levanté la mirada y miré la puerta de mi cuarto. Corrí a abrirla y escuché las pisadas de Charlie. Luego, él abrió la puerta de la casa.

—Está bastante alterado. Será mejor que bajes a calmarlo —sugirió Jasper.

Corrí escaleras abajo y llegué al umbral de la puerta, donde Charlie estaba parado con los hombros tensos, mirando uno de los coches de los Cullen junto a la acera. De ese coche, Edward bajó con Bella en brazos, quien parecía más dormida que despierta.

Esto no iba a salir bien.

—¡Bella! —gritó Charlie.

Edward caminó un poco más aprisa, pero Charlie se le adelantó y corrió hacia ellos. Yo lo seguí.

—Charlie —murmuró Bella, intentando sacudirse el sopor.

—No me puedo creer que tengas la cara dura de aparecer por aquí —bramó Charlie, dirigiéndose a Edward.

—Déjalo, papá —gruñó Bella, pero él no la escuchó.

—¿Qué le ha pasado? —inquirió Charlie.

—Sólo está extenuada, Charlie —le tranquilizó Edward con serenidad—. Por favor, déjala descansar.

Oh, no podrías haberle dicho nada peor, pensé.

Edward frunció el ceño levemente.

—¡No me digas lo que tengo que hacer! —gritó Charlie— ¡Dámela! ¡Y quítale las manos de encima!

Edward intentó trasladara a Bella a los brazos de Charlie, pero ella se aferró a él con los dedos. Charlie no se rindió y tiró del brazo de Bella.

—Déjalo ya, papá —consiguió decir Bella en voz más alta. Se las apañó para mantener los párpados abiertos y mirar a su padre con los ojos lagañosos—. Enfádate conmigo.

—Oh, ya lo estoy, jovencita —prometió Charlie—. Créeme.

Estábamos a unos metros de la puerta principal de la casa, que permanecía abierta. La capa de nubes era demasiado espesa para determinar la hora.

—Bueno, creo que ya es suficiente drama —declaré con voz dura, interponiéndome entre Edward y Charlie—. Bella, deja de actuar como una bebé. Edward, suéltala. Yo la llevaré.

—Jules, no te enojes con él —pidió Bella con voz débil, aferrándose a Edward con un puchero.

—De verdad, Bella, no hables o lo vas a empeorar —le pedí, poniendo los ojos en blanco.

Me acerqué más para ayudarla a componerse. Bella finalmente soltó a Edward y él terminó de ponerla de pie en el suelo. Me apresuré a tomarla y dejar que rodeara mi cuello con su brazo para apoyarse.

—Gracias, Juliet —dijo Edward.

Inmediatamente levanté la mirada.

—Tú tampoco hables —mascullé mordaz—. Puedes apostar a que estoy muchísimo menos contenta contigo que con Bella, y tan molesta como Charlie. No te estoy defendiendo, sólo me estoy llevando a mi hermana, y no lo hago por ti.

Cuando volteé de regreso a la casa, vi a Charlie con los brazos cruzados y una mirada de suficiencia al escuchar mis palabras. Apenas Bella y yo pusimos un pie adentro, Charlie empezó a gritarle a Edward.

—¡Tienes prohibido volver a traspasar esta puerta! ¡No quiero que...!

Dejé de escuchar cuando me concentré demasiado en tratar de que Bella subiera los escalones. Por suerte, Jasper apareció y me miró con las cejas arqueadas, pidiéndome permiso. Asentí con la cabeza, cediéndole a Bella, y él la cargó con cuidado. Yo cuidé la entrada, asegurándome de que Charlie no fuera a entrar mientras Jasper me ayudaba con Bella. Para cuando Jasper llegó al cuarto de Bella, Charlie seguía gritándole a Edward.

nightfall | jasper haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora