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Muchos todavía hablan del suceso más impactante en la vida de Mary Juliet Marshall, la niña que perdió a sus padres en un accidente de auto, en el día más soleado de ese año, y terminó siendo adoptada por el jefe de policía y mejor amigo de su padre, Charlie Swan.
Juliet estaba encantada con la idea de tener una hermana, que fue lo que siempre deseó en cada soplo de las velas de su cumpleaños, pero Isabella Swan no. Y por más esfuerzos que hizo para ganarse su cariño en cada verano que llegaba de visita, no consiguió más que rechazos. Sin embargo, ella no era de las que se rendía.
El problema era que Bella no sólo tenía celos del lazo tan fuerte que Juliet tenía con Charlie, sino de ciertas características que ella carecía y deseaba tener. Características que justo la volvieron completa y alarmantemente encantadora ante los ojos dorados de Jasper Hale, el hermano del Edward Cullen, el chico por el que Bella suspiraba.
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