30. Laurent

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Estuve toda la mañana acostada en el sofá con una manta y un tazón de palomitas, viendo Scooby Doo. Justo cuando iba a empezar a ver los Simpson, Charlie entró a la casa con su vestimenta y equipo de pesca.

—¿Atrapaste algo?

—Unas cuantas truchas —respondió, satisfecho con su logro.

Le sonreí.

—Fue un buen día, entonces.

—Sí —confirmó—. Harry vendrá más tarde a comer. Sólo fue a su casa a cambiarse —explicó, y yo asentí.

—¿Quieres que prepare las truchas? —me ofrecí, y él asintió.

Apagué la televisión, me fui a dar una ducha y me cambié con unos simples pantalones de chándal y una playera negra de ACDC, dejando mi cabello húmedo y desenredado sobre mi espalda.

Bajé a la cocina y me encargué de cortar las truchas, quitando las espinas y cortando la carne. Era lo único que sabía hacer en la cocina, y sólo porque me gustaba pescar y Charlie me había enseñado, quien lo aprendió de Harry Clearwater.

En lo que Charlie se bañaba y cambiaba de ropa, ya que tenía el olor del lago y la pesca impregnado, dejé una gran cantidad de jugo de limón en un recipiente, dejé los trozos de pescado remojando y preparé la mesa para cuatro personas, en el caso de que Bella llegara a comer.

Harry llegó casi al mismo tiempo en que la comida estuvo lista, y Charlie bajó aseado y cambiado a abrirle la puerta, invitándolo a pasar. Me acerqué a saludarlo con un abrazo y un beso en la mejilla cuando entró a la cocina.

—Jules, tan bonita como siempre —me halagó con una tierna sonrisa.

—Te ves bien, Harry —le sonreí—. ¿Pescaste algo?

—Más que tu viejo, eso seguro —presumió riendo.

Charlie rodó los ojos.

—Sólo me ganaste por una trucha.

Nos sentamos a comer, ellos dos charlando más que nada. Yo me encargué de prácticamente funcionar como mesera y cocinera. No que me estuviera quejando. Me gustó estar ocupada y despejar mi mente, además de pasar el tiempo con Charlie y consentirlo un poco.

Justo cuando le di un mordisco a mi tortilla tostada con trucha, Bella abrió la puerta con fuerza y entró como un torbellino, agitada y más pálida de lo usual.

—¡Papá! ¡Los vi!

—¿Qué ocurre? —preguntó, sin inmutarse, confundido por la reacción de Bella. Los miré a uno y luego al otro, sin dejar de masticar.

—En el bosque. No son osos —explicó.

Se veía asustada, increíblemente agitada y aterrorizada.

Tragué la comida y me sacudí las manos en el plato, mirando a Bella con curiosidad. ¿Qué diantres hacía en el bosque?

—¿A qué te refieres con que en el bosque? Bella, ¿qué diablos hacías en el bosque? —le reprendió.

—Son lobos. ¡Lobos gigantes! —trató de hacerse entender, todavía pasmada, e ignorando los regaños de Charlie.

—¿Estás segura de eso, Bella? —preguntó Harry, quien no se veía muy sorprendido. La miraba casi como si estuviera demente.

—¡Sí! Acabo de verlos —insistió, desesperada—. Iban tras... algo.

—¿Lobos? —buscó confirmación. Bella asintió— ¿Los viste?

nightfall | jasper haleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora