Capítulo VI: "Más Tiempo Juntas"

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UNA SEMANA DESPUÉS

— ¡Apresúrate Rosé o llegaremos tarde!. —gritó Lisa, esperando impaciente a que Rosé por fin bajara y así poder irse a la universidad.

La semana pasada, había sido todo una locura en la universidad y en la vida de Lisa. El haber entrado semanas después del inicio de clases, le había complicado todo, ya que debió de ponerse al día en todas las clases. Además, las burlas hacía ella y Rosé, no habían parado en ningún momento, todos los días veían a los chicos murmurar entre ellos y reírse cuando pasaban al frente. Pero no solo aquello la tenía bastante estresada, sino también el hecho de que Marco y Chitthip habían conseguido trabajo en un bufete de abogados. Eso había sucedido la semana pasada y desde entonces, Rosé y Lisa debían de irse a la universidad en taxi, ya que los dos mayores se llevaban la camioneta con ellos.

Marco les había prometido hablar con el Real Consejo y poder conseguirles un auto para que ambas pudieran viajar en el, no era un trámite sencillo, así que aquello iba a tardar un poco; pero mientras sucediera, ambas debían de viajar en taxi.

— ¡Chaeyoung, o bajas  o voy yo y te bajo!. —gritó con desespero, mientras se ponía de pie y caminaba hacia las escaleras. Cuando se disponía a subir el primer escalón, vió a Rosé llegar y sus ojos se abrieron con sorpresa al verla—. Por nuestro Señor, te ves muy, muy hermosa. —dijo sin dejar de verla.

Rosé en ese momento, estaba usando la ropa que en el fin de semana había comprado junto a Lisa. Simplemente para evitar las burlas de los demás. Lo que utilizaba no eran más que una falda blanca con dos líneas de color negro en la parte inferior y una sudadera negra, en sus pies, habían un par de zapatos blancos, dándole un toque inocente, pero a la vez, sexy.

— Tú, no te quedas atrás. —dijo Rosé, viendo a Lisa, que a diferencia de ella, utilizaba unos jeans ajustados negros y una sudadera del mismo color, pero la suya, dejaba a la vista su plano abdomen y en sus pies, unas botas negras—. Ese tipo de ropa te queda maravilloso, pero no creo que a los ángeles y seres de luz, del cuarto cielo, les agrade la idea de que vistas de negro.

— Lo sé, pero el negro me queda genial. —dijo Lisa encogiéndose de hombros. Y no mentía, el negro le quedaba perfecto—. Sé que en el cuarto cielo, nos enseñaron que el negro refleja maldad, pero yo no creo que eso signifique. Jennie y Jisoo, normalmente visten de negro y no son malas. Incluso tú, estás utilizando negro y no por eso eres mala o hay maldad en tí.

— No puedo decir nada ante ese argumento tan válido. —dijo, bajando las escaleras hasta llegar al lado de Lisa—. ¿Sabes?, Quiero contarte algo—comentó Rosé, mientras caminaba hacia el sofá y tomaba su mochila al mismo tiempo que Lisa tomaba la suya—. No sé si decir esto sea lo correcto, pero durante años en el cuarto cielo, nos hicieron creer que muchas cosas eran malas, por no tener un buen aspecto o simplemente porque eran ligadas con personas llenas de maldad. Pero no es así. No porque use negro, significa que esa persona es mala, o no porque diga groserías, debe de considerarse alguien malvado. —soltó un largo suspiro, antes de seguir—. Siento que nos han hecho juzgar a los humanos, sin ni siquiera conocerlos.

—  Pienso exactamente lo mismo. —respondió Lisa, caminando hasta la puerta y abriéndola para poder salir junto a Rosé—. Nos han hecho creer, muchas cosas que no son ciertas —dijo, girándose sobre sus pies y cerrando la puerta con llave—. Pero por desgracia, no podemos hacer nada para mostrarles que se equivocan. Ya sabes, el Real Consejo nunca dejaría que nosotras o algún otro, les diga que se equivocan en algo.

Rosé asintió, parada detrás de Lisa. En la semana que llevaban viviendo en la tierra, habían descubierto cosas y gustos fabulosos, que les encantaban, pero estos, eran los mismos que la mayoría en el cuarto cielo, categorizaban cómo representantes de maldad. El Real Consejo, había creado reglas que prohibían que cualquier ángel o ser de luz, tuviera contacto con representantes de maldad. Y justamente, Rosé y Lisa estaban rompiendo muchas de esas reglas.

En Busca De Mis AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora