Capítulo XIV: "Celos"

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LOS ANGELES, CALIFORNIA

DOS DÍAS DESPUÉS

La música llenaba el interior del auto. Una canción suave y melodiosa, de una de las bandas favoritas de Jennie, sonaba. Tenía que aceptar que Sincerity Is Scary, de The 1975, era una canción que lograba calmar sus nervios en aquel momento.

— Oye Jennie, o te calmas o te calmo. —dijo Jisoo, sentada a su lado, viendo cómo su hermana frotaba sus manos entre si—. No entiendo por qué estás tan nerviosa. Manoban aceptó hablar contigo y no parecía incómoda con la idea de hacerlo.

Jisoo tenía razón. En la mañana, al recogerla para ir a la universidad, Jennie, le había pedido hablar con ella al regreso y Lisa aceptó fácilmente. Ella sabía bien de lo que Jennie quería hablar, no necesitaba ser un genio para saber que aquella charla se trataría de lo sucedido el viernes en su habitación.

— ¡Por Dios!, Deja de tronarte los dedos, que ha este paso te los vas a fracturar y no servirán cuando Lisa los neces... —antes que Jisoo pudiera terminar de hablar, Jennie le cubrió la boca con sus manos.

— No digas nada de eso, estúpida. —dijo con severidad y Jisoo asintió temerosa—. Y será mejor que no hagas un comentario de este tipo, cuando ellas lleguen.

— Cómo si no fueran a terminar cogiendo. —Jisoo cerró los ojos, cuando sintió algo golpear su rostro. Era un sándwich de jamón, aún con su envoltura—. ¡Bien!, Ya no diré nada.

— Eso, así me gusta. —ambas chicas quedaron en silencio y observaron hacía el edificio principal, esperando a que Lisa y Rosé aparecieran. Lisa, se había ofrecido para ir en busca de Rosé a la biblioteca, pero eso había sido 15 minutos atrás y aún no habían rastros de ellas—. ¿Por qué tardarán tanto?.

— Tal vez, Rosé se está despidiendo de su noviecita. —escupió Jisoo con molestia—. No sé si lo notaste, pero la idiota de Moonbyul no se separó de ella ni un solo momento. Incluso se sentó en nuestra mesa, para comer junto a Rosé en el almuerzo.

— ¿Por qué te molesta tanto?. Moonbyul se ve que quiere algo serio con Rosé. —dijo Jennie, con la intención de hacer hablar a Jisoo—. Tú perdiste tu oportunidad Chu, así que deja los celos de lado y sigue viviendo tu vida sin amor.

— No lo entiendes Jennie. —dijo Jisoo, viendo hacía la ventana—. Nunca has estado en mi lugar y espero que nunca lo estés. Creeme que no es para nada bonito enamorarte de alguien, pero obligarte a esconder esos sentimientos, por miedo a darle todo de ti y luego lo deseche cómo si no valieran nada.

— ¿Cuando entenderás que no todas las chicas son cómo Sophia?. —preguntó Jennie—. Ella te lastimó y entiendo que te haya dejado inseguridades, pero Rosé, no es Sophia, ella nunca te dejaría.

Jennie tenía razón. Rosé no era cómo Sophia. Rosé, era mucho mejor que ella y estaba más que claro, que jamás sería capaz de ilusionarla y luego dejarla tirada. Ella no lo haría, ¿Verdad?.

— Igual, ya es demasiado tarde. —dijo Jisoo—. Le dice mucho daño a Rosé y eso será algo que jamás me perdonaré. —apretó su mano al recordar todas las palabras que Lisa le había dicho el día viernes, antes de su ataque de epilepsia—. La hice llorar noche tras noche. Soy una idiota.

— Estoy de acuerdo, eres una idiota. —Jennie aceptó—. Pero también eres capaz de demostrarle lo contrario, de hacerle ver qué vales la pena. Vamos Chu, tu nunca te das por vencida. Hazle saber a Rosé que te equivocaste, pero que quieres remediarlo.

— Lo pensaré. —fue la respuesta de Jisoo. Jennie puso los ojos en blanco y estuvo a punto de reclamarle su respuesta, pero la voz Jisoo se lo impidió—. ¡Mira!, Ahí viene tu futura novia y tu cuñada.

En Busca De Mis AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora