Capítulo XV: "¿Sorpresa?"

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AL DÍA SIGUIENTE

LOS ÁNGELES, CALIFORNIA

— ¿Estás lista?. —preguntó Rosé, a un costado de Lisa.

Ambas, se encontraban escondidas detrás de uno de los arbustos del jardín delantero, mientras esperaban a qué Kunpimook, volviera de la casa de Jennie y Jisoo.

— Si, aunque estoy nerviosa. —dijo con sinceridad, apartando su mirada de la casa de Jennie, para poder ver a Rosé—. Si ella se entera, me va a odiar.

— Es una probabilidad. Pero estoy segura que te lo va a perdonar fácilmente. —dijo Rosé, dándole un leve apretón en el hombro—. Todo saldrá bien, ya verás. Hoy por fin, lograrás conocer todo de Jennie y sabrás bien cómo ayudarla.

— ¿Y si no logro descubrirlo?. —preguntó con preocupación—. ¿Qué pasa si esto no sirve de nada para ayudarla?.

— Entonces yo te ayudaré a buscar la manera de hacerlo. —Rosé dijo, tratando de tranquilizarla—. No tienes nada por qué preocuparte.

— Oh Rosé, muchas gracias. —Lisa abrió sus brazos y los envolvió alrededor del cuerpo de Rosé—. Te quiero mucho.

— Y yo a tí. —respondió con los ojos cerrados, disfrutando del abrazo. Amaba cuando tenía este tipo de momentos con Lisa. Momentos, dónde podía demostrarle el cariño que le tenía y de lo que era capaz, por verla feliz.

— Oigan, muy bonito momento, pero tengo noticias. —dijo Kunpimook, llegando al lado de ellas. Lisa y Rosé, se separaron y observaron al chico con atención—. Jennie tiene planeado salir hoy. Escuché cómo le dijo a la otra chica que no pensaba ir, pero tenía algo pendiente por resolver.

— Entonces es momento de empezar. —dijo Rosé y Kunpimook asintió.

— Acaba de subir a su habitación, por lo que me imagino que en cinco minutos saldrá. —explicó—. Así que llegó el momento.

— Bien, hora de hacerlo. —dijo Lisa, armándose de valor y saliendo detrás del arbusto.

Los tres, se pusieron de pie y observaron hacía ambos lados de la calle, antes de correr al auto de Jennie, que se encontraba estacionado frente a la casa.

— Rosé, vigila que no venga nadie. —ordenó Kunpimook, mientras iba hacia el maletero, junto a Lisa.

— No hay nadie cerca. —respondió la rubia y  Kunpimook, asintió. Extendió una de sus manos y empezó a levantarla hasta la altura de su pecho. El seguro del maletero despareció de repente y la puerta de este, se abrió de golpe.

— Vamos Lisa, entra antes que Jennie, salga. —Lisa asintió y con mucho cuidado entró al maletero, dónde iban algunas herramientas y dos maletas con lo que parecía ser ropa. Desde adentro, observó a Rosé y Kunpimook, que seguían parados frente a ella—. A partir de aquí, estás sola. Cuídate mucho y si las cosas se descontrolan, no dudes en comunicarte con nosotros, iremos a rescatarte.

— Gracias chicos, se los agradezco. —Lisa tomó las manos de su mejores amigos y les dió un leve apretón—. Pero será mejor que se vayan ahora. Jennie, puede salir en cualquier momento.

Justo en ese momento, escucharon una puerta siendo abierta. De manera inmediata, cerraron el maletero y corrieron hacia el arbusto dónde antes se encontraban escondidos.

Desde el maletero, Lisa escuchó, cómo una de las puertas del auto era abierta y algunos segundos después se cerraba. Fue cuestión de tiempo, para que el auto se encendiera y se pusiera en marcha. Entrelazó sus manos y con nerviosismo, jugó con ellas por algunos minutos, hasta que escuchó cómo una canción empezaba a llenar el vehículo. Sus ojos se cerraron disfrutando de la melodía y mientras lo hacía, solo podía pensar en lo que estaba sucediendo. Aquel plan era sin duda muy tonto y peligroso. Lisa sabía que hubiese sido más fácil preguntarle a Jennie, que meterse en el maletero de su auto, para saber que hacía en las noches que salía de su casa.

En Busca De Mis AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora