Capítulo Final: "En Busca de mis Alas"

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UNA SEMANA DESPUÉS

MANHATTAN, NEW YORK

HOTEL ANDAZ 5TH AVENUE

Jisoo, soltó un largo suspiro mientras se mantenía de pie frente al ventanal de aquella lujosa habitación. Su vista se paseaba de un lado a otro, perdiéndose en las nevadas calles de la ciudad de New York, que esa noche se encontraban llenas y completamente iluminadas, esperando que dieran las doce de la noche para empezar con el festejo de año nuevo.

Sus manos se frotaron entre si, al sentirlas completamente heladas. A pesar de estar dentro de una habitación con la calefacción encendida, sus manos se encontraban frías y temblando.

— ¿Nerviosa?. —escuchó a alguien decir. Por el rabillo del ojo, observó hacia la derecha y de nuevo soltó una bocanada de aire, al percatarse que se trataba de Lisa.

— Bastante. —respondió con sinceridad.

— No deberías de estarlo. —dijo Lisa, con un tono de voz tranquilo—. Estoy segura que hagas lo que hagas, su respuesta será la que esperas.

— Lo sé, pero quiero que todo sea perfecto. —Jisoo, volvió a hablar, su vista seguía fija en el frente, mientras veía la nieve caer—. Tengo una semana planeando todo esto y si algo sale mal, soy capaz de tirarme desde lo alto de la estatua de la Libertad.

— No seas una dramática, todo saldrá bien. —insistió Lisa—. Rosé, está perdidamente enamorada de ti, que si le pides ser tu novia en el baño de una gasolinera, te dirá que si y guardara ese momento en su memoria cómo el mejor de su vida. Porque para ella, no es el lugar, sino la persona.

Una sonrisa apareció en rostro de Jisoo y bajo la cabeza mientras negaba lentamente. Lisa, tenía toda la razón. A Rosé, no le importaban los detalles, para ella, lo único importante, era que Jisoo, estuviera presente.

— Te has vuelto muy inteligente, Manoban. —dijo Jisoo, girando el rostro para ver a Lisa—. Una semana con mi hermana y ya hablas cómo ella, sin duda es una buena influencia.

Está vez, fue el turno de Lisa, para bajar la cabeza y sonreír.

Una semana había pasado desde el 24 de diciembre. Aquel día donde frente a sus padres y a Dios, Lisa renunció a sus alas, con el propósito de volver al lado de Jennie, la chica que se había robado su corazón desde el primer momento en que sus miradas se encontraron.

¿Se arrepentía de su decisión?.

No, jamás lo haría. Lisa, sabía bien que la vida de un humano era mucho más difícil que la de un ángel, pero también sabía que mientras tuviera a Jennie a su lado, nada sería imposible. Jennie, era el motor que la motivaba a seguir adelante, era el ancla y el soporte que la mantenía de pie, era quién la hacía querer seguir caminando a pesar de que sus pies se negaban a hacerlo.

Jennie, era su sinónimo de felicidad y por nada del mundo cambiaría eso.

— Me gusta que hayas vuelto. —Lisa, levantó la mirada cuando escuchó a la pelinegra hablar—. No solo le devolviste la sonrisa a mi hermana, sino que también me hiciste feliz al traerte contigo a mi Rosie. Te agradezco por ello. ¿Cómo puedo pagarte por todo lo que haz hecho por mi?.

— Haciendo feliz a Rosé. —respondió Lisa, viéndola a los ojos—. Haz que sus ojos siempre tengan ese brillo y yo estaré más que servida.

— Ten por seguro que así será. —Jisoo, extendió su mano y sonrió cuando sintió a Lisa, estrecharla—. Tú, también haz feliz a mi Jendeukie.

En Busca De Mis AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora