Epílogo

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Ok, llegamos al final de la historia y quiero decirles algo antes de pasar al Epílogo.

Cada historia tiene un mensaje y EN BUSCA DE MIS ALAS no es la excepción.

El mensaje de esta historia puede variar según quien la lea. Para algunos puede significar más, para algunos menos y para otros nada. Hay tantas cosas que pasaron a lo largo de la historia que marcaron o dejaron un tipo de lección. Pero aquí, quiero resaltar solo dos.

La primera de ellas: El tiempo.

Nunca confíes en el tiempo, es cruel y sin pudor. El no espera por nadie, el no perdona y pocas veces te da segundas oportunidades, así que no esperes demasiado y actúa ahora que tienes la oportunidad. No sabes si mañana, podrás hacerlo.

La segunda: Soltar el pasado.

Dejar ir cosas que te han hecho daño es bastante difícil. En especial, cuando usas esos recuerdos cómo escudo para saber en dónde no fallar. Pero créeme, soltar el pasado te libera y muchas veces esto, te trae la felicidad que creíste perdida. No temas a salir lastimado de nuevo. Al final del día, ningún triunfador ha alcanzado la cima en un solo intento.

Sin más, me despido de ustedes. Gracias por leer mi historia de principio a fin. Espero que la amaran tanto cómo yo.

Esta historia es mi bebé, porque desde el principio, sabía que terminaría así y porque es una historia que escribí para dar esperanza y demostrar que ser diferente no significa que la felicidad no fue hecha para ti.

Gracias por todo.

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QUINCE AÑOS DESPUÉS

LOS ANGELES, CALIFORNIA

CASA DE LA FAMILIA MANOBAN KIM

Lisa, se encontraba frente al altar, más nerviosa que nunca. Su pierna no dejaba de moverse rítmicamente mientras esperaba que su chica entrara por aquel pasillo improvisado que habían recreado en la playa, para la celebración de su boda. Su mirada, se paseó, por todo el lugar, viendo a sus más allegados amigos, sentados en sus respectivas sillas, a esperas de que la ceremonia diera inicio.

La noche anterior, Lisa había dormido muy poco por dos razones. La primera: por el nerviosismo de que estaba a solo horas de unirse en matrimonio con su prometida y la segunda: porque después de un año viviendo junto a Jennie, era la primera vez que dormían separadas. No quería hacerlo, pero según las creencias humanas, las novias no podían verse 24 horas antes de la boda, por lo que no le había quedado de otra que seguir la tradición.

— ¿Y si se arrepintió?. —preguntó, antes de girar el rostro a la derecha y ver a su padre, quien todo este tiempo, había estado de pie, a su lado.

— Jennie, no sería capaz de eso. —respondió Marco, mientras acomodaba su saco—. Ella te ama mucho y lo que menos haría, sería lastimaste.

— Bueno perdón, es solo que no aparece. —comentó Lisa, haciendo un puchero—. Me preocupa su ausencia. Hace más de 24 horas que no la veo y no he hablado con ella.

— Tranquila hija mía, no tarda en llegar. —Chitthip, dijo al lado contrario de su esposo—. Ya te explicamos que en las bodas humanas se tiende a que la novia o en este caso, una de las novias, llegue minutos tarde.

— Si pero...

Lisa, dejó de hablar cuando escuchó al pianista que habían contratado para la ocasión, empezar a tocar.

En Busca De Mis AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora