LOS ANGELES, CALIFORNIA
CASA DE TAE
Con un vaso en la mano y una sonrisa en el rostro, se encontraba Kim Tae-hyoung, disfrutando de la fiesta en la pequeña terraza que había en su habitación. La música sonaba a todo volumen y una gran cantidad de chicos, se encontraban en la parte trasera de la casa, bailando y corriendo hacia la playa, para divertirse. No podía estar más feliz, con aquel resultado.
Sin embargo, había algo que no le permitía ser del todo feliz. Y eso era, la venganza de Jungkook, hacía las dos chicas, que la semana pasada habían llegado. No podía creer, que aquel chico que lo había enamorado con su maravillosa forma de ser y esa dulzura que lo caracterizaba, fuera el mismo que estaba abajo, dispuesto a humillar a dos chicas que no le habían hecho absolutamente nada. Y aunque lo hubiesen hecho, no tenía derecho de hacerles nada.
El sonido de la puerta siendo abierta, sacó a Tae, de sus pensamientos y giró su rostro para ver de quién se trataba. Soltó un suspiro, cuando vió a Jungkook entrar y cerrar la puerta, detrás de él. Lo escuchó caminar y Tae, volvió a soltar un suspiro, cuando sintió cómo Jungkook envolvía su cintura y se pegaba a él.
— ¿Por qué tan solo?. —le preguntó al oído—. La fiesta es una maravilla y tú, estás aquí encerrado.
— Prefiero eso, a ver cómo humillas a esas chicas. —dijo Tae, para luego salir del agarre de Jungkook y alejarse de él—. Créeme que no te saco de la casa, solo porque eres mi novio y porque además, tú, también vives aquí.
Jungkook, observó a su novio fijamente y luego de algunos segundos, soltó un suspiro viendo hacía otro lado.
— Sé, que no te gusta que me ponga en este plan, pero sabes que no tolero ser la burla de todos en la universidad. —comentó, bajando la mirada—. Tú, más que nadie entiendes todo lo que tuvimos que pasar, por venir de Corea. Las humillaciones, el cómo se burlaban de nosotros por no poder hablar bien inglés, el que nos llamaran "estúpidos y asquerosos extranjeros" y nos golpearan. —sin poder evitarlo, una lágrima bajó por el rostro de Jungkook—. La única forma que pude detener eso, fue volviéndome un bravucón. Y para seguir teniendo el respeto de todos, debo actuar de esta manera.
— Si sabes que eso es una mentira, ¿Verdad?. —preguntó Tae, con la vista hacia el frente—. Los chicos de la universidad no te ven con respeto, sino cómo el idiota que hace todo el trabajo sucio. —dijo sin temor a lastimar a Jungkook—. Para ellos, siempre seremos los "estúpidos y asquerosos extranjeros". No importa a qué tantas personas humilles o que hagas, siempre serás lo mismo.
Jungkook, se dedicó únicamente a jugar con sus manos, mientras veía el suelo. Tae, tenía toda la razón. No importaba cuántas veces humillara a los nuevos. Él, Tae-hyoung y el resto de chicos que venían de Corea y otros países, siempre tendrían que lidiar con el odio de los chicos nacidos en Estados Unidos.
— ¿Por qué Jennie y Jisoo no pasan por lo mismo?. —preguntó Jungkook luego de algunos segundos en silencio—. Ellas solo tuvieron una iniciación cómo los otros y está más que claro, que ambas tienen familiares Coreanos.
— La diferencia, es que ellas nacieron aquí y eso mi querido Kookie, les da ventaja. —respondió Tae, desconociendo la verdad—. Pero no creas, muchas personas aún las ven con asco y se burlan de ellas. —explicó con una sonrisa triste—. Sin embargo, Jennie y Jisoo, siguen viviendo sus vidas cómo antes y no actúan de distinta manera para encajar. —Tae, sabía que aquellas palabras, descolocarían a su novio, pero no había vuelta atrás—. Además, ellas, al igual que muchos chicos, tampoco están de acuerdo en la forma en la que tratan a los chicos nuevos y extranjeros. Es por eso que intervinieron cuando intentaste tirar a esas chicas a la fuente. Y no sabes cuánto lo agradezco. —Jungkook, levantó la mirada viendo a Tae, que simplemente sonría, cómo siempre—. Porque yo me había prometido, que sí tirabas a esas chicas en la fuente, terminaría contigo.
