Capítulo XXVII: "Pequeños Detalles"

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EMIGRANT GAP, CALIFORNIA

Wouldn't it be nice if we were older? Then we wouldn't have to wait so long And wouldn't it be nice to live together In the kind of world where we belong?. —tres de las cuatro chicas, cantaban a todo pulmón aquella vieja canción de The Beach Boy, que se reproducía en la radio de la Volkswagen.

— ¿Saben?. En toda mi vida, me imaginé de muchas maneras, pero nunca cómo una Hippie. —comentó Jisoo, recostada en el asiento trasero de la Van—. Pero creo que para todo hay una primera vez.

Cuando la recepcionista les había ofrecido su Volkswagen, por la mente de Jisoo, habían pasado miles de imágenes con distintos modelos de autos de esta marca, pero jamás la de una Van, blanca con Rojo, idéntica a las que solían usar los hippies y alguna que otra banda de rock de garage.

— ¡Vamos Jichu!, Esto es divertido. —dijo Rosé, acercándose a Jisoo y dándole un rápido beso en la mejilla, que la hizo sonreír—. No seas una aguafiestas y mejor canta con nosotras.

Jisoo, asintió un tanto atontada por el reciente beso que Rosé le había dado, abrió la boca lista para cantar la siguiente parte de la canción; pero justo en ese momento, Jennie bajó el volumen de la radio y seguido de eso, la apagó.

— Oye idiota, ¿Qué te pasa?. —preguntó Jisoo, con el ceño fruncido—. Estaba por empezar a cantar.

— Muy tarde, ya llegamos. —respondió la castaña, señalando rápidamente el frente, dónde se podía ver el lago y algunos autos estacionados. Con sutileza, estacionó la Van en un lugar seguro y apagó el motor—. Listo, estamos aquí.

— Si no lo dices, no nos damos cuenta. —Jisoo dijo sarcásticamente, mientras se quitaba el cinturón de seguridad e iba hacia la puerta corrediza, para abrirla—. Bueno, será mejor que salgamos de esta Van, o empezaré a desearle amor y paz a todo el que vea.

— No te vendría mal, ser un poco más empática. —dijo Jennie desde el asiento del piloto. Quitó su cinturón de seguridad y salió de la Van, para unirse al resto de las chicas, que la esperaban del otro lado. Al llegar, sonrió cuando vió a Rosé y Lisa, ver todo maravilladas, cómo si jamás hubiesen estado en un lugar cómo este—. Veo que les gusta.

— Es hermoso. —respondió Lisa y Rosé asintió estando de acuerdo—. La naturaleza y las personas felices, son una muy buena combinación.

Jennie asintió estando de acuerdo. Ella, también estaba emocionada con tan solo ver a las personas disfrutar con su familia y jugar entre ellos. Soltó un largo suspiro y una sonrisa triste apareció en su rostro al recordar cómo años atrás, ella también tenía fines de semana en familia. Aquellos días en los que ella, Jisoo y Angie, viajaban a distintas partes de Los Angeles, para acampar y comer malvaviscos frente a una fogata. Cuando ella había muerto, Jennie juró, que ningún fin de semana sería tan bueno cómo los que había vivido con Angie. Pero se equivocaba, pues ahora mismo, estaba sintiendo la misma emoción que hace cuatro años no sentía.

— Estoy segura, que Angie se llenaría de orgullo al ver que por primera vez en cuatro años, estamos teniendo un fin de semana en un lugar lleno de familias. —dijo Jisoo a un costado de Jennie—. ¿Te das cuenta, Jennie?. Por primera vez desde que ella ya no está, no vamos a una cabaña a escondernos de todos, por miedo de ver que los demás son felices y nosotras no.

— Lo sé, acepto que tengo algo de miedo al estar rodeada de tantas personas. —comentó Jennie—. Pero creo que tenemos a las personas indicadas para hacer esto.

Eso último, lo dijo viendo a Lisa y Rosé abrazadas a un árbol y dándole uno que otro beso.

— Esto es lo que Angie quería. —Jisoo volvió a hablar—.  Vernos felices al lado de las personas indicadas. Ella no se equivocó cuando dijo que algún día tendríamos a nuestro lado a personas que sacarían lo mejor de nosotras.

En Busca De Mis AlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora