Capítulo 11

229 23 1
                                    

Octubre 2014, Nueva York, Clary.

—Estás segura que tus padres no sospechan nada, ¿no? —preguntó Isabelle.

Era sábado, el día de la fiesta. Clary les había dicho a sus padres que se quedaría a dormir en casa de Isabelle ese día y al parecer ellos aceptaron. Sólo esperaba que todo salga bien.

—Te he respondido las cinco veces que no, todo está en orden —bufó mientras aplicaba un tono violeta en sus labios.

—Espero que sea así, sino estaremos en problemas las dos.

Clary rió por lo alterada que estaba su amiga y comenzó a cepillar su cabello una vez terminado con sus labios. Isabelle ya estaba preparada, sólo le faltaba su labial rojo intenso y estaría lista. Alec iría a la fiesta con Jace, con la única diferencia de que ellos no tenían idea de Isabelle y Clary los sorprenderían allí.

—Izzy, creo que este vestido es muy apretado.

—¡No! Está perfecto —sonrió—. Deja de quejarte, pareces una niña.

—¿Por qué no le has dicho a tu hermano que iríamos? —preguntó Clary terminando de ponerse sus zapatos negros de tacón aguja.

—Quiero ver el rostro de Jace cuando te vea sexy.

—¡Isabelle! —gritó su amiga entre risas.

—Es la verdad, Clarissa Fairchild. Lo pides, lo tienes.

—A veces te detesto.

—Yo no. Ahora cuéntame más sobre lo que sucedió ayer en tu escuela —dijo la morocha sin quitar su vista del espejo.

—Sólo lo que te conté. Luego el Consejo Estudiantil me pidió que me postule para presidenta.

—¿Qué? ¿Hablas en serio? —Isabelle. Emocionada— ¡Wow Clary, es asombroso!

—No lo sé —suspiró—, aún no estoy segura en querer hacerlo.

—Sabes que podrás hacer muchos cambios, ¿no?

—No me siento capaz.

—Eres capaz de eso y mucho más, Clary. Confío en ti. Todos confían en ti porque eres una maravillosa persona.

—¡Aw Lightwood! Te adoro —sonrió.

—Yo también te adoro y como ambas nos adoramos estoy segura de que me ayudarás con mi tarea de matemáticas.

—Dalo por hecho. Bien, ¿vamos?

—¡Vamos a mover el trasero esta noche! —gritó Isabelle con mucha adrenalina.

Clary rió por la demencia de su amiga y ambas salieron rumbo a la casa en donde sería la fiesta. Tardaron unos veinte minutos a pie, hubieran tardado más si iban caminando tranquilamente, pero muchas ya saben los riesgos en caminar solas por la noche. Lamentablemente eso no cambiará de un día a otro. Finalmente las dos chicas llegaron y vieron a muchos chicos en el patio delantero bailando, bebiendo, hablando y besando entre otras cosas.
Isabelle saludó a unos de sus compañeros de clases y presentaba a su nueva amiga ante ellos. Eran simpáticos, eso le agradó mucho a Clary. Deseaba que los suyos sean así de amistosos y dejen de pelear.
Mientras se dirigían a la parte interior de la propiedad, la morocha y la pelirroja movían sus perfectos cuerpos al compás de la música. Algunos chicos que estaban reunidos en grupos las observaban atontados, como si nunca hubieran visto una mujer en sus vidas.
Clary una vez dentro, buscaba con la mirada una cabellera rubia entre todas las personas que se encontraban en el lugar. Aún tenía miedo de ir a decirle lo que sentía por él, tampoco ayudaba el hecho de que no estuvieron hablando aquellos días anteriores, pero con una amiga como Isabelle, tienes que olvidarte de esas cosas por las buenas o por las malas. Así que si, Clary estaba segura de declarársele a Jace por más miedo que haya. Estaba cansada de fingir que sólo lo quería como amigo, que es como cualquier otro chico. Porque es verdad, Jace no era cualquier chico. Para ella, él era especial ya que fue su primer amigo, no quería arruinar nada, pero tampoco quería quedarse con la intriga de si él también siente lo mismo que ella.

Secretos en lo profundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora