Capítulo 24

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Noviembre 2014, Nueva York, Clary.

Cuando terminamos las dos últimas horas, con Lily salimos de la escuela en busca de las demás. Obviamente no podíamos irnos ya que teníamos que cumplir con la orden que nos dio el director. No hablamos con Helen desde que salimos de dirección, Lily dijo que le diéramos un tiempo a solas y que la buscaramos para ir al teatro.

Vimos a Aline hablar con una de sus amigas y le hicimos señas para que vaya despidiéndose de ellas.

Intentamos encontrar a Helen, pero no tuvimos suerte.

Cuando vimos a Isabelle salir de la escuela con Alec y Jace, Lily caminó hacia ella y yo la seguí.

—¿Has visto a Helen? –preguntó mi amiga.

—Creí que estaría con ustedes –respondió mirándonos a ambas. Miré de reojo a Jace, que este de igual manera me miraba a mí.

—No la hemos visto después de salir de dirección –comenté.

—¿Y no se habrá escabullido? –preguntó Alec.

—No, Helen nunca se escaparía –comentó Lily y me miró–. Además estaba enojada y prácticamente nos dijo que asistiriamos al castigo de mierda que nos mandaron.

Jace soltó una risa y miró a Izzy.

—¿Qué castigo?

—Tenemos que ir a ayudar toda la semana a la profesora Margot con su obra musical.

—¿Y qué se supone que hay que hacer ahí? –quise saber.

—Supongo que nos harán limpiar o pintar algunas cosas para decorar –respondió Lily, quitandole importancia al asunto.

Pintar.

Maldita sea, eso me sigue persiguiendo.

—Que importa –continuó mi amiga–. Ahora tenemos que buscar a Helen.

—Busquenla ustedes, Helen no es amiga mía –dijo Isabelle.

—¿Y quien dijo que tú nos ayudarías? –le pregunté con indiferencia.

Isabelle me miró como si quisiera golpearme. Agradezco ya haberme acostumbrado a sus miradas frías.

—Pues yo te aviso nomas, Fairchild.

Fairchild.

Escuchar ese apellido me traía recuerdos de ella, y no quería tenerlos. Ya no. No queria seguir siendo parte de su árbol genealógico.

Isabelle rápidamente cambió la expresión de su rostro como si se hubiera arrepentido de haber dicho esa palabra. Y me di cuenta entonces que, ellos sabían lo de Jocelyn. Lo sabían y no fueron capaces de hablarme al respecto. Ni siquiera para preguntar cómo estaba o cómo me sentía. Como si perder a tu madre no fuera nada importante.

Jace la acribilló con la mirada, pero inmediatamente dejó de verla para girarse hacia la rubia que había llegado a su lado.

Si. Esa rubia.

Ella le sonrió y de pronto clavó sus dulces ojos en mí. Mirándome de arriba a abajo. Me pregunté si ella sabía quién era yo.

—¿Tú eres Clary, no? –preguntó riendo.

¿POR QUÉ RAYOS SE REÍA?

—Que te importa –respondió por mi, Lily.

—¡Lily! –la regañé mirándola con dureza. No queria seguir sumando enemigos– No seas así.

Mi amiga puso los ojos en blanco y volvió a mirar a la chica con una sonrisa.

—Creo que fuí muy dura –suspiró aún con esa sonrisa que conocía bien–. A ti no te incumbe, ridícula.

Secretos en lo profundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora