El primer sitio a donde el auto de Amanda se dirigió fue al hotel donde Paige, Aaron y Hayden se hospedaban.
—No se te ocurra hacer algo sin nosotros —fueron las últimas palabras que Paige le dedicó a Vladímir poco antes de abrir la puerta del auto y bajar de él junto a Hayden, con Aaron ya esperándolos afuera.
Amanda no los acompañó al interior del hotel y tan pronto como los vio desaparecer tras las puertas de este, arrancó el auto y comenzó a conducir.
Vladímir estaba sentado detrás de ella y miraba fijamente a través de la ventana. Ya era la hora más oscura de la noche y ahora todo lucía calmado y sereno.
No tenía sueño, sentía como si hubiera tomado tres tazas de café y aludió eso al hecho de que había dormido al menos ya dos veces en ese día (aunque no por mucho) y a la ansiedad que corría por sus venas al saber ya la ubicación de Jack.
Sabía dónde se encontraba, sabía que la ARMUP no dudaba en asesinar personas para luego llamarlas "daños colaterales", sabía que no podía desperdiciar su tiempo y sabía que cada segundo que pasaba era valioso.
Pero, ¿si realmente lo sabía por qué actuaba como si no le importara? ¿Por qué Amanda sugirió que volvieran a su apartamento como si el tiempo estuviera a su favor?
Vladímir frunció el ceño y no le gustó la amarga culpa que carcomía su interior.
Si Jack moría sería a causa suya tal y como había sucedido con su padre.
No podía dejar que eso pasara.
—Se nota que estás pensando demasiado —dijo Amanda, interrumpiendo sus pensamientos y mirándolo a través del espejo retrovisor—, un poco más y estoy segura de que te saldrá humo por las orejas.
—Solo estoy preocupado —murmuró Vladímir.
—Es comprensible, este día ha sido realmente largo. Me pone mal saber que ni siquiera podremos hacerle a Thomas un funeral decente por todo ese asunto de que, ya sabes, en el registro ya estaba muerto... Pero, no te desanimes, después de la tormenta siempre hay calma.
—A menos que se trate de una serie de desastres naturales. No quiero sonar pesimista, pero incluso Shelley dijo que no teníamos oportunidad contra la asociación.
—¿Y qué hay con eso? Las personas dijeron muchas cosas sobre otras con tal de no hacerlas, tomar el riesgo y llegar lejos, ¿pero qué crees? De igual forma lo tomaron y fue una gran decisión.
—Solo porque algunas personas tuvieron algo de suerte no implica que nosotros vayamos a tenerla en igual medida.
Amanda soltó un suspiro.
—Vladímir, la suerte no existe, solo el fruto de nuestros esfuerzos.
—Si sembramos espigas seguro que eso serán nuestro fruto. Por eso creo que tal vez será mejor volver a mi idea original de entregarme...
—No, ya te he dicho que eso no pasará
—Por favor, Amanda, acepté tu ayuda porque pensé que podíamos hacer una diferencia, pero Shelley me ha hecho ver que no, es imposible desear algo con tantas ganas y volverlo realidad con tu mente, no es posible evitar que más personas que me importan mueran con ese plan. Estoy cansado de eso.
—En primer lugar, Shelley es una cobarde, lo ha sido toda su vida y ella no puede decirte de lo que eres o no capaz. Y en segundo lugar, ¡creí que también estabas harto de huir! Entregarte es lo mismo que huir: Tomas el camino fácil. El camino correcto no es el más fácil.
Vladímir bufó.
—Suenas como un ridículo y empalagoso personaje de Disney.
Amanda arrugó el entrecejo.
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El Último Superhéroe © [COMPLETA]
FantasyEllos son una asociación secreta dedicada a borrar de la faz de la tierra a los "superhéroes" con el pretexto de evitar lo que ya está escrito a suceder: su transformación al lado oscuro y el abuso de sus poderes. Él es un niño de diez años que lo...