El plan de Amanda se estaba llevando a la perfección, aunque bueno, las cosas apenas si estaban comenzando.
Esperaron a que fuera de noche y tuvieran todo preparado, repasaron el plan al menos unas diez veces y se aseguraron de que nada pudiera salirse de control.
Todo estaba saliendo bien, por primera vez todo salía bien.
Vladímir era el primer movimiento en su jugada, sería la distracción. En realidad, no era un papel placentero en sí ni tampoco muy agradable, debido al riesgo que conllevaba. Sin embargo, si de Vladímir dependiera, él cargaría con peso entero de la misión, por lo que poco le importaba ser la distracción.
Le impidió a Amanda acercarlo a su objetivo, y él caminó por su propia cuenta en dirección del hotel Corpus.
Caminaba cabizbajo por las calles de New York, sus pasos eran veloces y trataba de ignorar a las personas que iban y venían a su alrededor. La hora rozaba en eso de las nueve de la noche, las calles solo podían resumirse con la palabra escándalo y Vladímir intentaba no pensar en lo nervioso que se sentía.
Trataba de no pensar en lo horrible que podía ir la situación si su plan fallaba, trataba de no pensar en Jack, ni en sus amigos que arriesgarían la vida por él... Trataba, pero de verdad que era muy difícil no hacerlo.
Vladímir llegó por fin al pie del hotel Corpus, aunque "al pie" era algo exagerado, siendo que estaba al otro lado de la calle, temía cruzar y volver a sentir el horrible dolor que había punzado su cabeza cuando quiso cruzar la primera vez, estando en aquel entonces en compañía de Jack.
Se dio cuenta con sorpresa en ese mismo instante que el dolor había sido exactamente el mismo que cuando Maxwell había presionado el botón de su objeto cilíndrico.
¿Sería que acaso ambas cosas estaban producidas con el fin de causarle un desastroso dolor de cabeza?
Vladímir apretó los labios y se esforzó por convencerse de que esa vez no sería así. La ARMUP no sabía que planeaba ir ante ellos. No obstante, tenía la certeza de que, a esas alturas, ya estarían al tanto de su idea.
Se armó de valor y consiguió cruzar la calle. Cuando su cabeza no estalló en un dolor horrible se alivió, y lo dio como una buena señal de que todo marchaba como debía hacerlo.
Vladímir contuvo la respiración cuando se encontró delante de las puertas del hotel, tenían un interesante decorado, sus bordes delineaban una pequeña inscripción en dorado que no alcanzaba a leer y sus pomos brillaban en plateado.
No era una puerta inteligente, sino más bien anticuada, quizá eso era lo que hacía destacar a ese hotel: Su pinta que era tanto moderna como de antaño.
Vladímir posó su mano sobre una de las perillas y sin pensarlo demasiado la giró, empujó la puerta con su hombro y pronto se encontró en el vestíbulo del hotel.
Bajo sus pies se hallaba una alfombra carmesí, habían largas columnas beige a sus costados y el mostrador se hallaba justo delante suyo, donde una mujer de rasgos asiáticos y pelo largo residía.
Ella le miró con sorpresa por unos largos minutos y luego hizo sonar la pequeña campana que se encontraba a su lado.
Vladímir no supo qué decir, se sentía algo incómodo y decidió concentrar su mirada en ver su alrededor, el vestíbulo cumplía con el decorado moderno-anticuado de afuera, pues aunque había pantallas colgadas encima del mostrador, también había una chimenea a uno de los lados con un par de sofás delante de ella. La seguridad del lugar era asombrosa, tanta que Vladímir consiguió contar mínimo unas siete cámaras.
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El Último Superhéroe © [COMPLETA]
FantasyEllos son una asociación secreta dedicada a borrar de la faz de la tierra a los "superhéroes" con el pretexto de evitar lo que ya está escrito a suceder: su transformación al lado oscuro y el abuso de sus poderes. Él es un niño de diez años que lo...