Una vez más [YOONMIN]

Capítulo 11

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Capítulo 11: Sollozos

La mañana del lunes logra ser diferente. En su cabeza lo único que existe es el rostro tranquilo de Yoongi tocando el piano y aún más lo que pasó después, cuando lentamente sus dedos rozaron su rostro para limpiarle las lágrimas. El mundo había parecido detenerse en ese instante, en ellos dos, en aquel sentimiento.

Y aún hoy, sentado en el bus de camino a la universidad, no puede pensar en otra cosa que no sea aquel momento tan mágico. Entonces se ve obligado a guardar sus piernas entre sus propios brazos, tratando de buscar algún refugio en ellos, y acto seguido cierra sus ojos obligándose a pensar en otra cosa.

—¿Tienes frío? —le preguntan. Y por dentro quiere morir. Abre sus ojos, mirando a la persona que se acomoda en el asiento y le mira cálidamente. 

—U-Un poco... —contesta, queriendo excusar su extraña posición, y lentamente la deshace un poco—. Has madrugado hoy... —comenta, más bien recriminándoselo, porque él había decidido levantarse más temprano de lo normal a propósito para que así existiera la mínima posibilidad de no tener que verlo, al menos, hasta el almuerzo. Creyó que para ese momento, habría recuperado al menos un poco la compostura para enfrentarlo, pero como siempre, las cosas no salen como las planea.

—Más bien diría que no dormí... —Jimin abre sus ojos ante la confesión—. ¿Qué? ¿Por qué me miras así?

—¿Así cómo? —le pregunta, relajando su rostro y notando que inconscientemente lo había fruncido—. Oh, mmm... Es que deberías dormir.

—Sí, lo sé. Pero por la noche soy mucho más creativo de lo que lo soy durante el día... No puedo dejar pasar esa oportunidad —se despeina el cabello con vergüenza y Jimin nota que está húmedo.

—¿Te has bañado?

—¿¡Por qué lo preguntas como si fuera algo del otro mundo!? —se ofende, con un tono burlón. Jimin comienza a reírse por su comentario y Yoongi lo mira con una sonrisa—. Sí, me bañé para despabilarme un poco. Estaba quedándome dormido antes de venir. No sé cuánto pueda aguantar despierto en las clases. 

—¿Tendré que acompañarte de nuevo en el horario del almuerzo mientras duermes debajo de un árbol? 

Jimin mantiene una sonrisa que rápidamente va desapareciendo cuando el rostro del otro se muestra confundido.

—¿Ah? ¿Cómo es que...?

—¡Yo...! No es lo que... O sea, sí estuve, pero...

—¿Me viste dormir en el horario del almuerzo? 

—Eh... A ver... Es decir, verte no... O sea... —Jimin cada vez entra más en pánico, pero el otro estalla en risas al verlo tan nervioso.

—¿Por qué te pones así? ¡No es para tanto! A menos que me digas que ronqué, en ese caso sí sería para tanto, ¡me daría mucha vergüenza! —Los hombros de Jimin se relajan y una suave sonrisa quiere asomarse, ahora un poco más tranquilo—. Así que espiando a la gente mientras duerme...

—No estaba espiándote... —bufa, bajando su tono de voz a uno casi inaudible para lo que dirá después—. Estaba cuidándote...