❛ 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐫𝐥𝐚𝐭𝐚 ❜ ;; naruto, naruto shippuden

nueve

スカーレット・ラブ
Amor escarlata; capítulo nueve
«misión de rango C del Equipo 7»

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Sus ojos azules no se desviaban de la figura emocionada de su sobrino, el cual estaba inquieto por salir de la aldea y comenzar su misión de rango C en el País de las Olas. A su lado estaba Takeshi, el cual tampoco apartaba su azulada mirada del mocoso rubio, ambos teniendo un mal presentimiento de esa intrigante misión. Se miraron, debatiéndose en si acompañarlos a una misión que no era la suya era correcto, porque ese gusto amargo en su paladar era un claro indicio de que algo malo iba a pasar.

Frunció su ceño Miko cruzándose de brazos y caminando hasta quedar en frente del grupo de Kakashi, el último aún no aparecía por lo que se tomó el atrevimiento de convertirse en la líder y darle unos consejos.

—Siéndoles sincera, esta misión nos da un gusto amargo a Takeshi y a mí, por lo que estén alerta y cuiden sus espaldas —dijo mirando a los tres niños, quienes vieron a la mayor con un ligero temor—. Procuren no desviarse de su misión, a esto me refiero a que no empiecen a las peleas o juegos infantiles, en la misión le puede costar la vida si es que tienen esas conductas, y entren en el papel de un verdadero ninja. No bajen la guardia, porque si no estarán muertos, ayúdense ente ustedes por si entran en una emboscada y tengan un plan, o varios, hechos.

—Una misión "sencilla" puede volverse un total infierno —habló Takeshi sentándose sobre sus patas—. Experiencia propia es lo que tenemos ambos en esas situaciones en donde una misión fácil se vuelve un masacre.

Eso llegó a tensar al Uchiha, haciéndolo tragar saliva y sudar un poco por los recuerdos que llegaron de pronto a su mente, todo siendo visto por la mayor. Miko chistó su lengua y miró a otro lado, sin confiar en dejar ir a su sobrino a esa misión.

—Si necesitan abandonar la misión, lo hacen, primero son ustedes —exclamó de nuevo el león rojo al notar el silencio de su amiga y golpeó con su cola las pantorrillas de ésta—. Bien, ¿lo entendieron?

—¡Sí, Takeshi-sensei! —espetó Sakura haciendo bufar al león, el cual no le gustaba esas absurdas palabras que le dirigió la niña a él, «¿qué tienen con decir "sensei" al final del nombre?».

—Haruno, te recomendaría que no le digas así a mi compañero, no le gusta esa palabra —le recomendó la Uzumaki a la niña del grupo achinando sus ojos, haciendo lucir la cicatriz que cruzaba el lado de su ojo derecho.

—Entendido, señorita Uzumaki —asintió apenada la peli-rosa sin despegar sus ojos jades de los azules de la mujer, admirándola y sintiendo a su yo interior gritar de la emoción porque su heroína le dirigió la palabra.

—Naruto, no te metas en problemas —exigió Miko a su sobrino—. Y vuelve con vida, así comenzaron por fin con tu entrenamiento.

—¡No lo dudes 'ttebayo! ¿E iremos a comer los dos a Ichiraku cuando llegue, tía? —se acercó a la mayor abrazándola y aspirando el aroma que desprendía ella, relajándolo—. ¿Tía?

—Claro —respondió correspondiendo el abrazo para después alejarlo, logrando que un puchero se forme en los labios del menor—. Yo ya debo irme, mocoso.

Desordenó su cabellera rubia y notó la expresión confundida pasar por el rostro del hijo de Kushina. Suspiró señalando la pequeña mochila que tenía en su espalda, indicando que ella también tenía una misión y su pequeño remolino abrió su boca para después cerrarla, olvidándose de ese pequeño detalle.

Su tía también iría a una misión.

—¿A dónde, tía?

—A Suna, un desertor de nuestra aldea ha estado hospedándose en la aldea, además de hacer algunos disturbios, y necesitan que me encargue de él —explicó brevemente la mayor soltando un leve bostezo, no durmió mucho en la noche porque su mente estaba en los peligros que pasaría Naruto estando en una misión afuera de la aldea.

—¿Lo... matarás? —cuestionó Naruto tragando saliva, y su compañeros detrás también, hasta Kakashi ya había llegado pero no pudo evitar copiar la acción de sus alumnos, esa mujer era aterradora.

Miko sonrió de lado de una manera macabra, dejando a relucir su colmillo blanco, afilado y pulido, dándole una imagen casi animal a su sonrisa. El equipo 7 volvió a tragar saliva al notar también el como el felino sonreía a su manera pero de la misma forma que su compañera humana, ambos deseosos de ver sangre.

—Puede ser.

La Haruno, el Uchiha, el Hatake, el Uzumaki y Tazuna sintieron una gota aparecer en su frente ante la respuesta del felino y la fémina, orillándolos a que se alejen de la dupla sangrienta si es que no querían ser víctimas de su escalofriante manera de querer sangre. Naruto estaba un poco acostumbrado a los deseos sangrientos de su tía y Takeshi, pero aún le aterraba escucharlos hablar tan amenamente en las formas de tortura y el cómo conseguir más sangre sin hacer tantos cortes.

Lo tenía traumado, de cierta manera

—B-Bien, Equipo 7, ya es hora de irnos —habló Kakashi sin querer estar con la pelirroja un minuto más, aunque eso se vio difícil porque ella junto con el gran felino avanzaron a la par de ellos—. ¿Qué haces, Miko?

—Yo también debo tomar este camino, ¿lo sabes, no? —le interrogó sin mirarlo y manteniendo su mirada seria en el camino, parecía otra persona en esos momentos—. Takeshi, ¿estás preparado o quieres que te invoque cuando te necesite?

Ignoró al Equipo 7 para hablarle a su compañero felino.

—Quiero tomar aire, allá en la manada me hostigan mucho —bufó el animal haciendo divertir a la líder de los leones y ésta se subió al lomo del león de un salto—. ¿Lista?

—Siempre, compañero —respondió la chica apretando ligeramente el pelaje del león y éste rugió fuertemente, logrando que sus hebras rojas junto con las de la fémina brillaran con demasía al igual que sus ojos azules.

—Vamos detrás de ese bastardo.

El Equipo 7 fue testigo del poder inmenso que tenían ambos compañeros, el león rojo se había agazapado en el suelo para rugir de nuevo y comenzar a correr, dejando una hilera escarlata detrás de ellos.

—¡Suerte, Equipo 7!

Escucharon el grito de suerte de Miko a la lejanía, ya que en cuestión de minutos su presencia junto con la del león desaparecieron de su campo de visión. Se vieron entre ellos, aún sorprendidos por el espectáculo que hicieron aquellos dos. Naruto sonrió de lado, estaba orgulloso ser el sobrino de su tía, la Leona Sangrienta.