スカーレット・ラブ ❛ 𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐄𝐒𝐂𝐀𝐑𝐋𝐀𝐓𝐀 ❜
𝐍𝐀𝐑𝐔𝐓𝐎, 𝐍𝐀𝐑𝐔𝐓𝐎 𝐒𝐇𝐈𝐏𝐏𝐔𝐃𝐄𝐍 𝐅𝐀𝐍𝐅𝐈𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍
────Gaara fanfiction !
❝━━━para el amor no hay edad, dicen. Sin embargo, yo pienso que
la edad es la cadena de tortura para...
スカーレット・ラブ Amor escarlata; capítulo cuarenta y siete «Bajo ataque»
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❪ advertencia, capítulo largo ❫
En la superficie que estaba más tensa que nunca, los shinobis y kunoichis se miraban entre sí mientras de fondo se escuchaba la alarma sonora y fuerte inundar toda la aldea. Algunos ninjas ayudaban a evacuar a la gente que quedaba siendo ayudados por varios leones. El silencio inundaba el aire, pero los sollozos a penas audibles de los más pequeños y mujeres junto con hombres rompían la atmósfera al tener el miedo recorrer sus pieles como serpientes a punto de cazar a su presa.
Ahí, en donde ella podía verlo todo, en donde podía ver todo lo que hizo en sus años al mando, estaba Miko sobre la cabeza de su difunto cuñado viendo como su gente iban a la parte subterránea que era protegida por un sellado que le costó realizar al no haber practicado durante varios años. A su lado, su mejor amiga rubia estaba de brazos cruzados mirando todo el panorama desértico que le costaba crear aún, dándole un escalofrío cuando la sirena aumentó su intensidad y su corazón golpeteó la caja toráxica de manera errática. Tenía miedo, miedo a lo que pasaría en los próximos minutos.
Observó a su amiga pelirroja, tan seria y fría que no parecía expresar el terror que sentía en esos momentos. Como si el ataque que haría Pain fuera una insignificante cosa para ella.
Takeshi, su fiel amigo y compañero de batalla, mostraba orgulloso sus ojos azules que destellaban en sintonía con los de Miko, atento a cualquier ataque aéreo o terrestre que podía hacer aquel líder de Akatsuki, pero estaba tenso por la amenaza que estaba sobre los hombros de su líder. Sin embargo, la leve caricia que le dio la pelirroja tranquilizó aquel sentimiento que le nublaba la mente.
—El momento ha llegado —exclamó la Sexta Hokage de Konoha, viendo como seis cuerpos entraban a su aldea al poder percibirlos. Miró a sus shinobis que la veían desde abajo, esperando las palabras de ánimo de ella antes de que comenzaran a defenderse—. ¡Shinobis de Konoha!
Su voz tan firme y seria, sin necesitar alzar su voz para que todos los escuchen, hizo que los vellos de su piel se ericen con rapidez. Alistaron sus kunais, shurikens, sables, katanas, cuchillas de chakra, preparados para lo que pasaría en unos instantes. Lo sentían, sentían como el suelo bajo sus pies temblaba ante cada explosión que hacían los seis cuerpos intrusos que estaban en su aldea.
