cuarenta

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スカーレット・ラブ
Amor escarlata; capítulo cuarenta.
«perspectiva Uchiha»

«perspectiva Uchiha»

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Hace un tiempo, en donde las miradas de pena se posaban en su espalda, ella no lo miró así. Su mirada azulada que había visto tantas muertes, se dedicaba a mirarlo con un cariño oculto y una protección severa. Cómo si él fuese un cachorro del cual ella debía cuidar con su vida. No lo entendía, ¿cómo una mujer valiente, fuerte y poderosa, podía ser amiga de un asesino y cuidar del hermano de éste? Era... ilógico. Solo tenía seis años, pero reconocía aquel sentimiento de añoranza en los ojos de la pelirroja. Pasó un tiempo así, ignorándola por completo luego de haber sido obligado a vivir con ella y el rubio —con el cual tenía una rivalidad notoria—. Y a pesar de todo eso, de sus malas caras, la impaciencia de la mayor, su falta de sueño y tener que dejar de comer para que él pueda disfrutar de la comida, ella lo seguía cuidando.

― Si tienes miedo, solo piensa en que yo te cuidaré. 

Solía decir ella cada vez que él despertaba con miedo luego de revivir una y otra vez esa pesadilla que —tristemente— era un recuerdo tan poderoso que su mente no era capaz de olvidarla. La pelirroja se quedaba por toda la madrugada velando por su sueño, por más que él en la mañana la tratase pésimo. Y aún así, lo volvía hacer sin quejarse, sin mostrar una mala cara, solamente... ni siquiera sabría cómo llamar la expresión de la joven mujer.

Era como si estuviese haciendo algo bien luego de tanto tiempo.

Le regalaba en cada uno de sus cumpleaños un cupón gratis de una verdulería para que se compre todos los tomates que quisiese. Pero él nunca quiso admitir que el agradaba aquel detalle, porque sabía que detrás de ese cupón había un dinero ahorrado que ella le dio a la verdulera para que le diesen el cupón. Era caro, todo el dinero que ella hubiese gastado en sus cosas, lo hacía cumpliendo el pequeño gusto que tenía. O cuando le seguía mandando la soba con tomates que preparaba para el, sin importarle caminar por varias manzanas hasta llegar a su departamento.

❛― Suerte en tu misión, mocoso Uchiha. Recuerda que yo estaré esperando por tu llegada. 

Dijo la Uzumaki antes de que llegaran todos, deteniéndolo y dándole unas palmadas de ánimo en su hombro. ¿Por qué se esforzaba tanto en hacerlo sentir bien, como si nada hubiera pasado? Y luego habían pasado tantas cosas que le daba cierta migraña, el beso con el sobrino de ella, su huida, su entrenamiento con Orochimaru, y que ella lo buscase a pesar de que todos se hayan rendido ante su búsqueda.

¿Ella por qué lo hacía? ¿Era por Naruto? ¿Tener más privilegio en su aldea? ¡¿Por qué lo hacía?!

Eres una persona importante para mi. No quiero que más personas estén en esa lista. 

Tanto dolor, tantas muertes, gente caer sin seguridad con su futuro, injusticias. ¿Por cuánto había sufrido ella? ¿Por cuánto él hizo que ella se sintiese así? Lo notó fácilmente, su cuerpo lleno de cicatrices y delgada, más de lo que ya estaba hace unos años atrás. Se consumía lentamente, pero se notaba con facilidad. La agonía de los recuerdos, el dolor de una posible muerte, la disminución de su fuerza para seguir luchando. ¿Qué era lo que Miko había recibido a lo largo de los años? Por parte de él: nada. Por parte de Naruo: todo. Ese nivel descomunal que los separaba era lo que los diferenciaba. Se propuso en ayudarla en todo, ser hasta su shinobi de confianza, el que no dudaría en entregar su vida para que esté bien, en ser una figura a la cual apoyarse. 

Veía como su vida tomaba otro color, saliendo por fin de esa oscuridad densa y tortuosa. Descubriendo por fin los colores cálidos, fríos, pero que alegraban a su alma. Los colores cálidos eran sus favoritos, le daban esa sensación de hogar cada vez que veía la cabellera rojiza de la Uzumaki hondearse por sus movimientos o por el aire que parecía maravillado con la presencia de ella; era aquel atardecer o el mismo fuego que calentaba su corazón. Las hebras rubias semejantes al mismo Sol, acompañando a la calidez del fuego que lo rodeaba, haciéndolo sentir como en casa.

¿Tanto se tardó en darse cuanta de todo lo bueno que lo rodeaba? Miko, la mujer que luchaba sin importar morir para que Naruto estuviese bien, dando su vida por todas las personas que le importaba. Cuya dama haría lo mismo como Itachi para que su ser querido esté bien. Con razón esos dos eran mejores amigos, ambos tenían marcado en su corazón la voluntad de fuego. Tal vez por eso Itachi no dudó en darle la misión de protegerlo. Si él la veía como una hermana mayor o hasta una madre, ¿quién no dudaría en confiar en ella?

Arriesgaba todo, recibía poco. 

—¡Sasuke-kun, noticias de la Hokage-sama! —exclamó Karin, sacándolo de sus pensamientos. Sus ojos oscuros dieron con la silueta delgada de la de lentes, tomando con suavidad el papel que estaba en las manos de ella—. Me alegra mucho que Miko-sama esté bien.

—Karin, ¿ya está todo listo para regresar a Konoha? —cuestionó con un tono severo, desdoblando el papel fino y leyó con rapidez todo lo escrito. Una ligera sonrisa surcó sus labios y suspiró, deshaciéndola.

—Sí, ya tenemos todo listo. Solo esperamos a tu orden —se balanceó sobre sus pies la pelirroja, un poco ansiosa por volver.

—Bien, Miko ya está esperando por nuestro regreso —musitó, parándose del tronco que usaba de asiento y tomó su capa para ponérsela, viendo detrás suyo como su grupo ya estaba listo para partir—. Tenemos cinco días para volver, la Hokage necesita nuestra presencia para hablar de un tema importante.

—¡¿En serio?! ¡Y yo que quería descansar a penas llegue! —se quejo el albino, rascándose su mejilla.

—Se trata de un posible ataque a la aldea, el descanso puede esperar —exclamó el Uchiha, alterando a todos que se detuvieron en seco por unos segundos.

—¡¿Y qué esperas, Sasuke-kun?! ¡Apúrate! —gritó Karin corriendo en dirección a la aldea, siendo seguida por los demás y el Uchiha estaba tieso en su lugar, viéndolos alejarse.

Una sonrisa de lado surcó su rostro y negó soltando una corta risa para seguir a su grupo, tan con ansias de llegar a Konoha. 

Vuelvan a la aldea, necesito hablar de un tema importante con ustedes, es sobre un posible ataque a la aldea. Por cierto, pronto le diré a Naruto sobre tu regreso. Trata de no emocionarte mucho, te quiero poner a prueba para saber si eres digno de estar con mi hijo, mocoso Uchiha. 

Sí, se alegraba de que la Uzumaki haya hecho todo ese esfuerzo, ahora podía disfrutar de los colores cálidos.




Sí, se alegraba de que la Uzumaki haya hecho todo ese esfuerzo, ahora podía disfrutar de los colores cálidos

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Capítulo corto, lo sé. Pero amarán el 41.

❛ 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐫𝐥𝐚𝐭𝐚 ❜ ;; naruto, naruto shippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora