cincuenta y nueve

1.5K 169 25
                                    

スカーレット・ラブ

Amor escarlata; capítulo cincuenta y nueve
«Familia»

Amor escarlata; capítulo cincuenta y nueve«Familia»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.














 Miko.

Recuerdos difuminados.

Todo pasaba tan rápido que ni yo misma podía entender qué carajos hacía. Me desenvolvía inconscientemente en el campo de batalla, habiendo censurado todos los gritos, ruidos, el choque de kunais y los cuerpos cayendo. Mis ojos no querían ver las caídas, mucho menos oír la muerte deambular a mi costado.

Sé que causé conmoción al regresar a la batalla sola, sin los demás Kage's a mi lado, pero trayendo una victoria a los shinobis al darse cuenta que no venía tan sola como se veía: la cabeza de Madara trajo gritos de júbilo. Había sonreído con altanería, alzándola para que todos la viesen y con rapidez vio un equipo de sellado para reforzar el débil sello que yo había realizado. Nos quedaba solo un enemigo, uno que parecía decaer cada vez más.

Obito Uchiha.

El mocoso que se había ganado el cariño de Kushina.

Me acerqué un poco al chico, percibiendo como Naruto y Deidara se ponían a mis costados para saltar a defenderme si es que ocurría algo inesperado. Me lamí los labios, preparándome para hablar y oyendo como los golpes disminuían y el silencio brotaba entre las respiraciones agitadas. Dirigí mi mirada a la oscura del Uchiha que parecía cansado.

―Estás solo ―le comenté sincera. No tenía por qué mentir. Obito tenía la batalla perdida. Nuestro batallón era más grande que el suyo. Teníamos la calidad y la cantidad.

Sonrió con suficiencia, sin darme el gusto. Pero estaba dañado, se le notaba en cada aspecto de su cuerpo. Naruto, Deidara, Hatake y el resto hizo un buen trabajo para hacerlo sufrir.

―No estoy solo. ¿Quién te hizo creer eso?

―No lo sé. Supongo que el hecho de que acabo de matar a Madara ―me encogí de hombros, sintiendo a la distancia como fuertes poderes se acercaban junto con el aroma de Itachi y Sasuke.

Obito me miró con seriedad. Capaz sin creerse del todo mi confesión. Pero eso cambió cuando una mano sobresalió del resto, mostrando la cabeza del poderoso Uchiha con una sonrisa burlona. Deidara le sacó la lengua al antiguo compañero de Hatake, burlándose. Algunos rieron, otros no podían creer la actitud infantil del rubio. Naruto a mi lado carcajeó y le dio el visto bueno al antiguo miembro de Akatsuki.

―¿Esto te dice algo, Uchiha de mierda? ―meneó la cabeza de Madara un rato más antes de dársela a otra persona para que la guardase.

―Madara solo era un obstáculo. Yo puedo hacer el resto.

―No lo creo, niño ―negué cuando las presencias llegaron y el aroma a girasol, suave y fresco.

Quise llorar por volver a oler esa fragancia que en el pasado odié pero que ahora extrañaba, pero no me permití mostrarme de esa manera. Retrocedí unos pasos para ver a mi costado, su cabellera rubia y ojos azules solo me traían recuerdos. Su mirada dio con la mía y se sorprendió de verme. Minato, su olor a girasoles nunca cambió. Me sonrió alegre, olvidándose de la situación, y me abrazó con fuerza. Miré al frente para no pensar en lo cálido que se sentía pero comencé a lagrimear y terminé abrazándolo más fuerte. Joder. Extrañaba esto.

―Estás tan grande, Miko. Ya toda una señorita gruñona ―reí como antes, como cuando él seguía vivo.

―Te estoy superando, Minato ―nos separamos unos segundos después y le mostré mi capa. Se mostró sorprendido y vi pasar un destello de orgullo por sus orbes de color mar―. Dos años llevo al mando de la aldea. Le estoy dando un hogar muy lindo a Naruto.

―Me alegra tanto, Miko ―Acarició mi pelo y giró a ver a su hijo y la copia de éste. Achinó sus ojos por los iguales que parecían y negó con la cabeza, seguramente creyendo que tuvo gemelos―. Naruto, te ves como Miko.

―Siempre dicen que adoptas gestos de tu familia, papá ―sonrió mostrando sus colmillos y mi cuñado me volteó a ver sorprendido.

―Soy su tía. La sangre de los leones corre por sus venas ―me crucé de brazos y miré a Obito que no entendía nada de lo que pasaba.

Esto apenas empezaba.

Todos nos preparamos.

Minato apretó mi hombro en un gesto cálido y Naruto me sonrió mostrándome su colmillito. Inhalé tranquila. Nada pasaría teniéndolos a mi lado.

Somos familia.

Todos somos familia.

―¡Voy a por ti, Uchiha!

Hagamos del mundo uno mejor, Itachi. Lo vi a unos pasos de mí y sonrió un poco. 

Hagamos que las futuras generaciones vivan en democracia, no en tiempos de guerra.





Hagamos que las futuras generaciones vivan en democracia, no en tiempos de guerra

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estamos ya en la recta final.

Los leo <3

❛ 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐫𝐥𝐚𝐭𝐚 ❜ ;; naruto, naruto shippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora