sesenta

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スカーレット・ラブ

Amor escarlata; capítulo sesenta

«Carta: Paz»










Hace muchos años nadie estaba seguro de que su tierra finalmente encontrara paz, que su pueblo pudiera inhalar tranquilo sin pensar que pronto serán atacados. Era un sueño lejano. No tenían fe tampoco, sus líderes siempre iban a luchar, los veían volver heridos, a sus hijos socorrerlos, sus amigos caer inertes en el piso, era una tortura diaria.

—Kushina.

La pelirroja mayor miró a su pequeña hermana de once años, quien estaba preparando ramen para la más grande. Kushina sonrió, haciendo un sonido indicando que estaba prestando atención. Notó que se removía inquieta para después darse la vuelta, mirándola con esos feroces ojos azules que poseían dulzura cada vez que la veía.

—He estado pensando... —se recargo en la mesada, estando atenta al ramen de su hermana mayor—... que tal vez sea bueno empezar un nuevo plan para la aldea.

—Oh, ¿en serio, Miko-chan?

—Naruto debe nacer en una aldea estable, feliz y en paz. Y, en estos momentos, no veo a la aldea de esa manera. ¿No sería mejor irnos a otro lugar, hasta que toda la situación mejore? Podríamos ir a mi manada, podría construir una casa para que Naruto y tú puedan vivir tranquilos. Mis cachorros pueden cuidarlos y les encantaría tener nuevos integrantes Uzumaki 's.

Kushina carcajeó ante la preocupación de su pequeña hermana. Desde que se había enterado que estaba embarazada y esperando un pequeño niño, se transformó en una Uzumaki llena de ansiedad. Al acabar de reír, sonrió con cariño.

—Ne, Ne, Miko-chan. Mientras tú estés aquí, nosotros vamos a estar felices y seguros —le dio varias caricias a su abdomen abultado, sintiendo una pequeña patada que le hizo cosquillas—. ¡Naru-chan también está de acuerdo, Miko-chan!

Miko, desde la cocina, observó la escena y suspiro resignada, su plan no podría llevarse a cabo; pero estaba tranquila, su sobrino iba a estar seguro con ella cuidando a la familia Uzumaki-Namikaze. No dejaría que nada les pasara.

—¡NO, NO, MALDITA SEA!

Gritó cuando vio sus miradas. Las conocía muy bien. Se iban a ir. La dejarían sola. Dejarían solo a Naruto. No puede permitirlo. No. No. No.

—Miko-chan, tenemos que hacerlo.

—¡No, Kushina, no! ¡Hay otras maneras!

Minato sonrió tranquilo viendo a la Uzumaki, quien estaba reteniendo al Kyubi mientras ellos procedían con el sello. La escucho llorar, aun haciéndoles tiempo. Kushina, a su lado, sollozó mientras acariciaba la frente de Naruto.

—Miko-chan te va a cuidar muy bien, hijo mío.

—Así es, Naruto. Vas a hacerle mucho caso a la tía Miko-chan.

—Por favor, no me hagan esto. Por favor, no nos dejen, por favor.

Ambos padres vieron como la pequeña niña se daba vuelta, viéndolos con un deje de esperanza, desesperación, aun luchando que el Kyubi no se abalanzara hacia ellos. Su ojo cerrado por el corte, pero, aun así, se notaba lo desesperada que estaba por no querer que se vayan. Minato sintió que Kushina lloraba aún más al ver a su pequeña hermana en ese estado, pero no podían retroceder. Necesitaban que la aldea estuviera viva para que Naruto pudiera habitarla.

—Te queremos mucho, Miko-chan. Por favor, perdónanos.

—Cuida a Naruto, Miko, por favor.

Se fueron.

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⏰ Última actualización: Sep 07 ⏰

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❛ 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐫𝐥𝐚𝐭𝐚 ❜ ;; naruto, naruto shippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora