cinco

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スカーレット・ラブ
Amor escarlata; capítulo cinco
«desde lo alto»

スカーレット・ラブAmor escarlata; capítulo cinco«desde lo alto»

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La Vida hizo nuevamente su jugada, lanzó una carta de tiempo logrando que los jugadores vean su vida pasar rápidamente pero una jugadora tiró una carta al centro de la mesa revocando por completo la de aquella majestuosa persona, quien sonrió burlona por el desafío que le había impuesto la mujer de hebras escarlata y ojos zafiros. Aceptó el reto que Miko le imponía y se sumieron a un silencio agradable pero abrasador, como ellas usualmente solían tener y les gustaba sentir; sin saber que pasarían un largo tiempo buscando que jugada las beneficiaría a ambas.

La Jōnin soltó un suspiro cansado pero su expresión se mantenía seria y amenazante, se encontraba de brazos cruzados mientras esperaba que su sobrino de doce años salga de la Academia Ninja luego de haber hecho el examen para convertirse en Genin. Se preguntaba a sí misma el porqué estaba ahí a la espera de la salida de aquel pequeño remolino, sabiendo que tenía muchas cosas importantes para hacer, por ejemplo: entrenar.

Observó de reojo como algunas personas la señalaban con inquietud y hablaban entre ellos como si estuvieran contando un increíble secreto que nadie debía enterarse, rodó los ojos ante las patéticas actitudes de aquella gente y les dirigió una mirada inexpresiva pero amenazante a las personas que hablaban de ella con tal libertad, seguramente recriminándola por haber estado cuidando de un "monstruo" y que ella era una consentida o que realizó varios favores para haber tenido un puesto tan alto a una temprana edad.

Blasfemias, de sus bocas solo salían blasfemias con veneno y que tarde o temprano sus lenguas terminarían siendo quemadas por el potente veneno que soltaban o, de última, sus lenguas cortadas en un perfecto corte que haría que se retuerzan del dolor hasta pedir clemencia con sus ojos.

Salió de sus pensamientos al ver una horda de mocosos salir del establecimiento como si afuera estaría el mayor regalo que nunca antes habían recibido, pero elevó una ceja al notar lo decaído que estaba el pequeño remolino amarrillo y cayó en cuenta al no ver la banda de regulación en su frente. Suspiró acercándose al niño y le tocó su cabeza, llamando su atención.

—T-Tía, viniste 'ttebayo —murmuró sorprendido porque sabía que la mayor había estado de misión y creía que no iba a venir. Bajó su mirada decepcionado de sí mismo y sintió sus ojos picar por las lágrimas.

—No pasaste —soltó bruscamente la fémina haciendo que Naruto se encogiera en su sitio y suelte una lágrima—. Está bien, no todo el mundo lo logra a la primera.

—T-Te decepcioné, tía —escuchó el leve murmuro de su sobrino y se agachó para estar a su altura, mirándolo con suavidad y sacando aquella máscara de frialdad que poseía ella.

—Nunca digas eso, mocoso —lo regañó golpeando la frente del menor con su dedo índice, se sacó su banda ninja azul que tenía puesta y se la puso en la frente de su sobrino, no sin antes sacarle aquellos lentes que tenía, la acomodó para que quede bien y alzó a su sobrino en brazos para ponerlo en su hombro derecho, logrando que Naruto pueda ver todo desde la alta altura en la que estaba—. Lucha por la banda que puse en tu frente, y podrás ver desde lo alto a las personas que te subestimaron, Naruto.

« A veces la Vida te pone unas cartas que te costarán contrarrestar, pero con esfuerzo y sin rendirte podrás lograr pasar por los obstáculos para llegar al juego final.

—¿Cómo era eso lo que decías? —se hizo la desentendida ganándose la mirada emocionada del rubio—. Ah, sí, "¡seré el próximo Hokage porque ese es mi camino ninja!" O algo así; lo que te estoy diciendo es que la Vida siempre te pondrá trabas en el juego, pero si te sigues esforzando y nunca te rindes podrás lograr pasar aquel juego y ganar lo que siempre te esforzaste.

—¡Lo haré 'ttebayo! ¡Seguiré mi camino ninja! —alzó su puño con emoción y notó una ligera sonrisa posarse en los labios de su tía—. Tía, ¿tú podrías entrenarme si llego a convertirme en Genin?

Lo pensó, era algo beneficioso ser la entrenadora de Naruto porque ambos eran del mismo clan y le podría enseñar todo lo que sabía y así hacerlo ser el orgullo del clan Uzumaki; y por otra parte, no era tan beneficioso porque ella era demasiado dura con los entrenamientos e Itachi era el ejemplo de eso, porque el Uchiha podía estar por dos días seguidos sin moverse por la brutalidad de los golpes de ella y de los ejercicios que le hacía hacer.

Y ella no quería que su sobrino terminase en un coma por su entrenamiento.

—Bien, lo seré. Solo esfuérzate.

Caminó en dirección al pequeño y solitario columpio que había frente la Academia y bajó a su sobrino de su hombro para ponerlo ahí, para luego comenzar a empujarlo y así se mueva aquel objeto que era para entretener a los niños. Su ceño estaba fruncido por la cosa que estaba haciendo pero sus facciones se relajaban cuando escuchaba la ligera risa de su pequeño remolino; después de todo, aquel era su única luz que tenía en esos momentos.

Sintió una presencia acercándose y sus rasgos se endurecieron mientras una mano se dirigía a su porta-armas, atenta a un posible ataque. Naruto giró su rostro hacia su familiar al ya no sentir que lo hamacaba y se encontró con el rostro inexpresivo de la mujer, la cual tenía sus ojos mirando a un punto perdido del lugar.

Tragó saliva, cuando ella hacía eso le daba miedo. Su tía era de temer.

—Naruto, Uzumaki —saludó Mizuki llegando a ellos y recibió una mirada dura de la mujer—. ¿Me podrías dejar a solas con Naruto? Quisiera hablar con él de unas cosas referentes a su examen.

La fémina lo observó fijamente, sospechando de las secretas intenciones del hombre pero asintió, sabiendo que si algo hacía él Naruto podría defenderse con el poco entrenamiento que ella le dio en sus tiempos libres. Le tendió la mano a su pequeño remolino, indicándole que le devuelva su banda ninja y el menor soltó una risa nerviosa mientas se la regresaba.

—Te espero en casa —dijo para luego largarse del establecimiento.

Se alejó lo suficiente e invocó a un león rojo del tamaño de la palma de su mano, le dio indicaciones de expiar a ese hombre y el pequeño león soltó un rugido emocionado para ir a donde estaban los dos varones. La fémina tuvo un atisbo de sonrisa al notar la emoción de su invocación, identificando el porqué de ello, ya que ella nunca la invocó a él porque era el más pequeño de la manada y no quería que se vea dañado en alguna misión.

Solo esperaba que ese hombre no meta en problemas a su único sobrino.


Solo esperaba que ese hombre no meta en problemas a su único sobrino

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❛ 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐫𝐥𝐚𝐭𝐚 ❜ ;; naruto, naruto shippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora