cuarenta y uno

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スカーレット・ラブ
Amor escarlata; capítulo cuarenta y uno
«visita a la arena»

スカーレット・ラブAmor escarlata; capítulo cuarenta y uno«visita a la arena»

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La Uzumaki corría con rapidez, mirando hacia atrás con desesperación —como si temiese que algo o alguien la atrape—. Los gritos en la lejanía la invitaban a correr aún más, logrando que sus hebras escarlatas se mecieran con brusquedad. Salta de un lado a otro, fundiéndose en las sombras generadas por la arboleda, siendo salpicada con sangre ajena a la de ella. ¿Qué era lo que la acechaba? ¿Por qué sus ojos mostraban terror en la penumbra de los árboles? ¿Por qué el brillo de sus ojos había desaparecido?

Y de pronto miró a su costado, como si supiese que ya la encontraron.

Gaara se despertó de un sobresalto, la poca siesta que tomó se había vuelto su pesadilla. Su respiración estaba agitada y pasó una mano por sus hebras rojas, aún confundido por el sueño que tuvo con la causante de sus suspiros. Llevaba días soñando con lo mismo y no sabía qué significaba. Miko parecía joven en el sueño, pero concordaba con la descripción física de la actual. Era... confuso.

—¡Gaara! —miró con cansancio la figura de su hermana, la cual entraba a su oficina con rapidez—. No sabes lo que me enteré.

—¿Qué pasó, Temari? —acomodó su ropa para seguir haciendo el papeleo que tanto estrés le daba.

—Es sobre mi cuñada —las mejillas del varón se tornaron rojizas ante lo dicho y la observó de reojo, con interés—. ¡Pronto vendrá a verte, hermanito! ¡Ah, tengo que preparar la casa y ver qué vamos a comer! —su hermana estaba más emocionada con la posible llegada de la Uzumaki que él mismo. Sonrió ligeramente, volviendo a mirar los papeles.

—No te preocupes, con un simple vaso de agua me conformo.

Los dos hermanos se tensaron en sus sitios y giraron sus rostros en la dirección en la que venía aquella voz ligeramente ronca pero suave a la misma vez. Parada en la puerta del cuarto estaba la pelirroja sonriendo ladinamente, apoyándose de manera casual en el marco y siendo cuidada por su fiel león. Ambos provenientes de Suna se sonrojaron levemente, la rubia al haber sido descubierta en su faceta de «hermana emocionada que prefiere a la cuñada que a su hermano» y a Gaara por... bueno, él solamente por tenerla a unos pasos y al recordar aquel beso en la mejilla. 

«Ay —pensó la Vida viendo todo—, lo que hace el amor.»

—¡M-Miko-san! —exclamó Temari levantándose y abrió sus ojos nerviosa ante la falta de respeto que cometió—. ¡Hokage-sama! 

—Temari-san, ¿cómo has estado? —saludó la mayor de los tres adentrándose al sitio a pasos lentos, haciendo una pequeña mueca por las heridas que aún no se curaban. 

❛ 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐫𝐥𝐚𝐭𝐚 ❜ ;; naruto, naruto shippudenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora