Aunque no se notara a simple vista, el ambiente había cambiado de alguna manera. Los grupos se habían mantenido casi de la misma forma, pero ahora, sentada sola y con un aura de inseguridad, Dayana esperaba cerca de la puerta a que Joe volviera después de entrar casi corriendo a la casa.
-No entiendo qué hace ella aquí - dijo Ben con un poco de resentimiento luego de haberse sumado a nuestro círculo junto a Alan, después de que aquella pareja se presentara en la fiesta.
-No puedo creer que de todos los lugares del mundo en los que pudo haber pasado, me la haya vuelto a encontrar en el jardín de mi casa - decía Frani -. ¿En qué momento se hizo parte del grupo?
-En el momento en que Joe la trajo a casa - respondió Melanny en un tono neutral.
-Quizás debió habernos preguntado antes de llegar con ella - agregó la morena.
-Esta casa es tanto de él como nuestra en este minuto. Tiene el mismo derecho que nosotras de invitar a quien quiera.
Se me hacía incómodo escuchar las quejas del resto sabiendo la historia completa detrás de todo aquello. Entendía que hubiera algo de incomodidad por lo que fuese que hubiera pasado entre ellos años atrás, pero según había entendido, los últimos días que Dayana compartió con el grupo fueron diferentes, así como su actitud con el resto. Quizás las historias anteriores tenían más peso, pero sabía que Dayana no era exactamente lo que todos pensaban, por lo que volví a ponerme la remera y me puse de pie.
-¿A dónde vas? - preguntó mi chica con tierno puchero en sus labios.
-A saludar a nuestra invitada - respondí con un guiño. Melanny me ofreció una suave sonrisa y soltó mi mano en señal de aprobación.
Sentí que pensaba lo mismo que yo respecto a lo que estaba sucediendo y me gustó que, pese a no conocer la historia entre Joe y Dayana, tuviera la confianza suficiente en él como para apoyarlo a ojos cerrados. Esa lealtad con sus amigos y la gente que le importaba era una de las cualidades que más amaba de ella.
No estaba muy segura de qué debía decir, pero sí estaba segura de que quería hacerla sentir cómoda en el lugar que ahora también era mi hogar. Tomé dos cervezas y caminé hasta sentarme junto a ella.
-Eh... Hola - saludé mientras le ofrecía una botella.
Tenía una expresión fría, pero atenta, algo así como si estuviera preparada para huir o atacar según fuera necesario. Me miró durante unos segundos y luego su gesto se suavizó un poco.
-Hola - respondió, aceptando la cerveza, pero no bajando la guardia aún.
-Creo que no me presenté la última vez que nos vimos. Soy...
-La amiga de la banquetera - me interrumpió. Abrió su cerveza, tomó un sorbo y cuando volvió a fijar la vista en mí, la vi sonreír por primera vez -. Era broma. Eres Amelie ¿verdad?
Tardé un instante en darme cuenta de la cara de sorpresa que tenía y entonces sonreí junto a ella. Asentí con la cabeza y luego di un sorbo a mi cerveza.
-Perdón si la primera impresión que te di fue un poco desagradable, no estoy muy acostumbrada a que la gente se me acerque primero - se disculpó.
-No te preocupes. Solía pasarme lo mismo.
-¿Por eso viniste a hablar conmigo?
-Quizás...
-Bueno, como sea, gracias - dijo con una expresión completamente tranquila esta vez.
-No hay de qué.
-Supongo que ya conoces mi nombre.
-Digamos que pude haberlo escuchado un par de veces.
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Azul Profundo
RomanceAmelie, una joven disciplinada y correcta que siempre ha puesto a su familia por delante de todo, sabe que una parte de ella puede deshonrar a quienes más ama. Sabe que puede decepcionarlos, que pueden rechazarla, pero cuando el corazón es el que m...