Capítulo 16: Necesidad.

2.7K 226 36
                                    

Teníamos poco tiempo, lo sabíamos, pero la verdad era que ni siquiera nos importaba. Nada importaba.

La besé y recorrí cada parte de ella de la manera que me era posible en ese momento mientras su calor embriagaba mi piel. La deseé todo lo que pude hasta que un golpeteo en la puerta nos detuvo.

Pensamos no responder y seguir en lo nuestro, pero el sonido no paraba y el momento se estaba arruinando.

-¡Está ocupado! - grité molesta.

-Soy yo. Por favor abran - se escuchó desde fuera.

Nos miramos con decepción, Melanny arregló su ropa y yo, desganada, abrí la puerta.

-Debí pararme en seguida cuando dijiste que venías al baño - dijo Frani entrando al pequeño cuarto, terminando de matar nuestro momento -. Ya no podía aguantar las ganas.

La presencia de esa chica estaba siendo cada vez menos oportuna y estaba comenzando a molestarme más de lo que hubiera pensado. No era que no me agradase o algo por el estilo, simplemente esperaba tener un poco más de privacidad con Mel, y Frani estaba complicándolo un poco.

Vi a Mel retocando su brillo labial, fingiendo que no había pasado nada mientras me miraba de reojo con una sonrisa coqueta, era mi cómplice. Y para poder ignorar a su mejor amiga abrí el grifo y comencé a lavar mis manos poniendo una inexplicable concentración en mi tarea sin poner atención en lo que estaba hablando.

A los pocos minutos estábamos de vuelta en nuestra mesa. Astrid parecía haber notado mi molestia y sin llamar la atención de nadie me invitó a que la acompañara a la terraza a fumar. Acepté sin rodeos y antes de salir di un último vistazo a mi chica.

¿Mi chica? Sonaba bien, podía acostumbrarme a eso.

-¿Les interrumpieron el momento? - preguntó antes de poner un cigarrillo entre sus labios y encenderlo.

-No tuvimos ni cinco minutos a solas. Sabía que debería ser rápido, pero fue mucho más corto de lo que esperaba - respondí en voz baja.

Astrid soltó una risa corta y me miró mientras soltaba el humo entre sus labios.

-¿Quieres uno? - preguntó, ofreciéndome un cigarrillo.

Dudé un poco antes de responder.

-Claro - dije mientras sacaba uno del paquete -. Ya que mandé todo a la mierda, dudo que un cigarro sea tan terrible.

Ambas reímos mientras Astrid avivaba la llama del encendedor para mí. Le di una calada y no pude evitar toser como si estuviera muriendo.

-Oficialmente, bienvenida al club de las chimeneas - dijo Astrid cuando dejó de reír ante mi tos.

Después de poder respirar nuevamente lo volví a intentar y poco a poco me acostumbré a sentir el humo pasando a través de mi garganta hasta mis pulmones.

-Me gustaría poder salir tranquilamente con ella - confesé -. Quiero decir, con Mel. Ir de la mano y hacer las cosas que todas las parejas hacen, pero ya que nadie del grupo sabe nada, al estar con más gente es un poco difícil y además aún no somos una pareja oficialmente. Quizás estoy yendo muy rápido. ¿Lo estoy arruinando?

-Es normal que quieras hacer todas esas cosas, la primera vez todos van rápido y ya que ni ella ni tú habían estado en una relación real no podía pasar de otra manera. Quizás podrían salir con nosotras.

-Sería genial, pero no sé si Melanny quiera que lo sepan.

-Ya te dije que Pía y yo podemos guardar un secreto, sobre todo uno así y Mel lo sabe, pero si quieres podría hablar con ella.

Azul ProfundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora