Capítulo 22: Luces en el cielo.

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Joe nos había conseguido una ubicación espectacular en la terraza. Según nos dijo, ese día habría un show de pirotecnia cerca del bar, por lo que teníamos una ubicación privilegiada.

Cuando estacioné mi auto y nos encaminamos al bar, acordamos con Mel contenernos un poco de toda la libertad que habíamos experimentado en el día, ya que quería contarle a Joe directamente lo que había entre nosotras y no esperaba que lo dedujera por él mismo. Sentía que era necesario ser honesta con él después de que tuvo la confianza de abrir su corazón conmigo contándome incluso sobre los sentimientos que tuvo en el pasado por mi chica, aunque él no supiera que lo era.

Así fue como sólo caminando la una cerca de la otra, pero sin tomar nuestras manos, llegamos al bar donde ese maravilloso chico nos recibió como si vernos fuera lo mejor de la vida.

-¿Cómo estuvo tu día? - le pregunté con una mirada que insinuaba lo que realmente quería saber: "¿cómo te fue con Dayana?"

-Bastante bien, mejor de lo que esperaba - respondió con una mirada que decía "luego conversaremos sobre eso". Compartimos una sonrisa que ocultaba su secreto y volvió a su papel como nuestro mesero de esa noche.

Pedimos unas cervezas y con Astrid encendimos un par de cigarrillos, ahí caí en la cuenta de qué tan rápido me hundí en ese vicio.

Casi al instante comenzó la charla sobre lo bien que lo habíamos pasado durante la tarde. Me era inevitable no sonreír cada vez que miraba como los ojos de Melanny brillaban al hablar sobre la libertad que sintió al poder demostrar su afecto hacia mí sin ningún tipo de restricción, hecho sobre el cual yo opinaba lo mismo.

Todo lo que decíamos no pasó por alto para las chicas, quienes no perdieron oportunidad para hacernos entender que el poder vivir de esa manera de ahí en adelante dependía netamente de nosotras, que nadie nos juzgaría, que si alguien llegaba a hacerlo, ellas y el resto de los chicos estarían ahí para apoyarnos y que, pese a todo eso, a las únicas a quienes que debería importarles lo que hacíamos era a nosotras.

Sabía que tenía razón y me sobraban las ganas de dar un paso más y poder dejar de esconder esa relación que manteníamos en secreto, pero sabía que habían un par de asuntos que debía resolver antes para no dañar a nadie y hacer las cosas correctamente. Por el momento sólo quería disfrutar el resto del día con mis amigas y mi chica. Compartir más risas y crear recuerdos de aquellos que jamás pensé que tendría.

El chat grupal que teníamos con el resto de las chicas comenzó a llenarse de mensajes que preguntaban sobre los planes que cada una tenía para la noche. Melanny comentó que nos encontrábamos en La uñeta y después de hablar con Joe para poder agregar una mesa y un par de sillas más, coordinamos para que el resto del grupo se nos uniera. No dejaba de emocionarme el saber que mi vida social ahora era totalmente real.

Me era difícil pensar que hace un par de meses esa situación era algo que ni siquiera habría podido imaginar. Sin embargo, también era consciente de que tuve que sacrificar parte de mi vida para poder vivir del modo que lo hacía ahora.

Pese a todo, quería pensar que no estaba actuando de manera incorrecta. Debía entender que no era mi culpa que mis padres me hubiesen criado inculcándome sus opiniones y creencias y, más aún, debía entender que lo que realmente estaba mal aquí era su intolerancia y discriminación.

Me preguntaba si sería una buena idea ir a visitarlos, si es que se mostrarían arrepentidos de todo lo que dijeron ese día en la cena, pero eso no importaba ya que seguramente volvería a explotar cuando supiera que yo también era una de esas "depravadas".

Siempre había pensado mantener el secreto y acatar su definición de normalidad. Nunca había pensado en cómo lo haría para salir del clóset con ellos y es por eso que ahora me sentía en medio de la nada respecto al tema. Tenía demasiadas cosas en las que pensar, pero no dejaría que eso me arruinara la noche, ya habría momento para perder la cabeza y ahora sólo quería perderla por la chica sentada junto a mí.

Azul ProfundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora