Cinco minutos. Me prometí que no serían más de cinco minutos, pero la cantidad de posibilidades que pasaban por mi mente mientras subía por la escalera siguiendo los pasos de mi chica, no hacían más que aumentar con cada centímetro que avanzaba.
-Y... ¿Qué es lo que olvidaste aquí arriba? - pregunté mientras cerraba la puerta detrás de mí.
-Olvidé lo mucho que me está costando contenerme últimamente cuando te tengo cerca.
-Entonces no lo hagas.
-Por eso vine aquí ahora - dijo con una mirada lasciva.
-Quizás va siendo momento de dejar de contenernos y tener que escondernos para hacer ciertas cosas - respondí mientras me acercaba más a ella y ponía mis manos sobre su cintura.
-No es tan fácil...
Bajó la mirada un segundo antes de que pudiera encontrar sus labios, dejando en mi boca el anhelo de la suya.
-Mel, es nuestra decisión. Sólo depende de nosotras el cómo haremos las cosas de ahora en adelante. Es por eso que también te dije en la mañana lo que quiero hacer. Ya no quiero seguir escondiéndome y no me molesta en lo absoluto dejar que todos sepan que estoy absurdamente enamorada de ti.
-Quizás para ti sea fácil decirlo, pero tengo algunas cosas que solucionar antes. ¿De acuerdo? -dijo con un tono más duro de lo usual.
-¿En serio crees que es fácil para mí? - pregunté mientras retrocedía un paso - Sabes mejor que nadie la situación en la que me encuentro actualmente y todo lo que implica dar este paso para mí. Obviamente no es sencillo, pero lo que tenemos ahora es más importante para mí que cualquier otra cosa.
No pude evitar sentirme un tanto ofendida por sus palabras. Habíamos conversado en diferentes ocasiones sobre lo que significaría dar a conocer abiertamente nuestra relación, las cosas a las que tendríamos que enfrentarnos, los miedos que teníamos al respecto, la charla pendiente con mis padres, entre otras cosas. No era algo para tomarse a la ligera y daba por hecho que ella lo tenía más que claro.
-Ami, por favor no te enojes. Lo siento. Es sólo que yo también tengo que lidiar con algunas cosas. Es una situación diferente a la tuya, pero aún así me complica.
-¿Y qué es eso tan difícil? - pregunté mientras caminaba para sentarme al borde de mi cama - Dijiste que tus padres no lo tomarían mal y que realmente no habría problema con los chicos.
-No lo sé, otras cosas - respondió de tal manera que, por primera vez, me hizo dudar de sus palabras -. Necesito tiempo. ¿Sí?
Respiré hondo, intentando contenerme de decir algo. Sabía que debía mantener la calma. Así como había dicho Astrid, era consciente de que Melanny tenía sus propios asuntos, pero aún así la situación me pilló desprevenida.
-Está bien. Es sólo que ya me aburrí de tener que fingir que no me matan las ganas de besarte cada vez que te tengo cerca - dije finalmente con una tímida sonrisa, para luego golpear el lugar junto a mí, invitándola a tomar asiento.
-Te prometo que no será por mucho más, Ami.
-De acuerdo.
Pasaron unos extraños segundos sin que ninguna de las dos dijera nada. Sentía como si, de alguna manera, nos hubiéramos distanciado, y no quería seguir en esa extraña situación.
-Entonces... ¿Qué venías a buscar aquí arriba? - pregunté con una ligera sonrisa, intentando cortar la tensión del momento.
Sin decir ninguna palabra, esa hermosa sonrisa volvió a su rostro antes de tomar mi mano y acercarse para juntar sus labios a los míos. Una vez nos separamos, la rodeé con mis brazos y tiré de ella para que se recostara un momento junto a mí.
ESTÁS LEYENDO
Azul Profundo
RomanceAmelie, una joven disciplinada y correcta que siempre ha puesto a su familia por delante de todo, sabe que una parte de ella puede deshonrar a quienes más ama. Sabe que puede decepcionarlos, que pueden rechazarla, pero cuando el corazón es el que m...