Tierra 5: Libertad condicional

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"Juro que esta vez te mataré" dijo mientras golpeaba con la poca fuerza que le quedaba la llanta pinchada, sus tacones rojos de charol ahora llevaban una mancha negra en la punta provocada por el caucho del neumático, había intentado girar las tuercas enroscadas a los rines sin éxito los últimos ¿30...40 minutos? ya ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaba en esa calle oscura.

Marina, le había enviado un "mapa" con la localización de un bar clandestino, de esos que ahora la pelirroja frecuentaba, estaba en una etapa "indie rock" o cómo diablos se llamara, y buscaba lo que ella llamaba "toques" todos los viernes, para beber cerveza de mala calidad y escuchar bandas de las que nadie conocía el nombre.

Pero ya había rechazado su invitación tres veces y Marina no había dejado de insistir, además era la única con la que no se había reunido luego de volver de Chile, había pasado un año allí, junto a Valerio, su mano derecha, para aprender nuevas técnicas de añejamiento para una nueva producción, un Montchenot Tinto, el mismo de siempre, pero con menos años de añejamiento.

Había vuelto a Madrid algunas semanas atrás, a la espera de un cargamento de barriles de roble francés para iniciar con las primeras pruebas, pruebas que le permitirían alcanzar esa notable complejidad de sabores y aromas, un vino de color rubí in...

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Había vuelto a Madrid algunas semanas atrás, a la espera de un cargamento de barriles de roble francés para iniciar con las primeras pruebas, pruebas que le permitirían alcanzar esa notable complejidad de sabores y aromas, un vino de color rubí intenso, con marcados tonos caoba era su objetivo, había decantado lentamente una botella junto a uno de los mejores enólogos del país andino y había quedado embelesada con la profundidad y transparencia del color, con los complejos aromas, estructurado, con taninos suaves, esos que confieren amplitud y un largo final.

Amaba su herencia vinícola, amaba su trabajo, amaba el vino, amaba el poder que su apellido le confería, las puertas y los mundos que se abrían ante sus ojos, todo era perfecto, o casi todo, odiaba volver a su solitaria mansión, esa en donde el eco se reproducía por el vacío, esa en la que había que ajustar el termostato para no sentir el frío de la soledad, y ciertamente, odiaba estar varada a la orilla de una carretera desconocida con un puto neumático pinchado.

"No deberías estar aquí" una ronca voz la sobresaltó, tomó con fuerza la llave de cruz, tanto que sus nudillos se tornaron blancos, estaba dispuesta a soltar tremendo golpe si tan solo se atrevía a dar un paso más, "tranquila, no voy hacerte daño" dijo nuevamente levantando las manos en señal de rendición, "es un lugar peligroso" afirmó.

"No deberías estar aquí" una ronca voz la sobresaltó, tomó con fuerza la llave de cruz, tanto que sus nudillos se tornaron blancos, estaba dispuesta a soltar tremendo golpe si tan solo se atrevía a dar un paso más, "tranquila, no voy hacerte daño"...

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