Tierra 15: La Gaceta de Madrid (Parte 3)

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Carla

Patrick se acercó a mí para informarme lo que estaba aconteciendo en la recepción del club, al parecer el periodista había cambiado de opinión y estaba dispuesto a ensuciarse las manos por ese artículo, no sé por qué razón eso me entusiasmaba. Me levanté de inmediato con una media sonrisa en el rostro y caminé detrás de Patrick atravesando todo el club, cuando al fin llegué a la salida, lo vi recostado sobre el mostrador, tenía un papel en la mano y lo leía con interés, tenía el ceño fruncido y el pelo alborotado, era lindo, el papel era un listado de reglas a las que te debías apegar si querías ingresar, la seguridad era algo que nos tomábamos muy en serio.

"¿Algo interesante?" pregunté, Samuel dio un pequeño brinco pues al parecer no había notado nuestra presencia, Lu y Patrick contuvieron una risa y yo seguí con mi mirada fija en él, "¿perdona?" respondió confundido y no pude evitar sonreír, esto en verdad sería divertido, "pregunté si habías encontrado algo interesante en lo que lees" le aclaré, él empezó a tartamudear de nuevo, "eh... nnnn... no estoy se... seguro" respondió.

"Puedo ayudarte con eso

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"Puedo ayudarte con eso... ¿vienes?" le dije avanzando hacia las oficinas, estaban en la parte de arriba del club y podías acceder a ellas desde la recepción, solamente debías subir por unas escaleras en forma de caracol, él pronto me siguió, su andar era un poco torpe y podía notar su nerviosismo pues veía para todos lados, pero algo me decía que estaba decidido a develar la verdad y eso me gustaba mucho.

"¿Haremos un contrato?" preguntó, no pude evitar sonreír, todo en él gritaba inocencia, la noche anterior había leído algunas de sus columnas, eran aburridas y muy conservadoras, aunque estaban bien redactadas y su ortografía era impecable, "¿un contrato te haría sentir más seguro?" le pregunté sin dejar de verlo a los ojos, el lenguaje corporal es importante en este tipo de relaciones, debes estar siempre atento y observar, siempre debes observar.

Parecía contrariado, no estaba seguro de qué responderme, él no estaba seguro de lo que íbamos a hacer, lo que su investigación implicaría, así que decidí intervenir, era importante que todo fuera claro, no podían haber zonas grises, las zonas gri...

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Parecía contrariado, no estaba seguro de qué responderme, él no estaba seguro de lo que íbamos a hacer, lo que su investigación implicaría, así que decidí intervenir, era importante que todo fuera claro, no podían haber zonas grises, las zonas grises son peligrosas, así que me levanté de la silla que ocupaba frente a él y le pedí que me acompañará hasta un sillón que se encontraba en la oficina para que tuviéramos una conversación menos rígida y él se sintiera más cómodo, nadie iba a molestarnos, era dueña del 50% del club, la otra mitad la compartían Valerio y Lucrecia a partes iguales, así que yo era la socia mayoritaria, ellos se encargaban de la administración y orden del lugar.

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