Era el peor escenario para una adolescente de 16 años, y más aún para una adolescente como ella, la heredera de un marquesado, hija de una de las familias más ricas e influyentes de España. La prueba positiva titiritaba entre sus dedos temblorosos, ¿cómo se lo diría a él?, y más importante, ¿cómo se lo diría a sus padres?
Había conocido a Samuel de una forma poco convencional, esa noche Yeray la había invitado a cenar, era su primera cita luego de que sus padres decidieran que era el momento de volver a casa, había pasado los últimos cinco años de su vida en un internado en Suiza, y para sus padres Yeray era el hombre perfecto.
Si comparaba todo lo que había sucedido desde el momento en que el chico la había recogido en la puerta de su casa con el internado, no había duda que prefería otros cinco años de cautiverio dentro de las paredes de ladrillo del Institut auf dem Rosenberg, aunque para muchos estar alejado de su familia representaba un problema, para Carla no era gran cosa, había desarrollado un profundo desarraigo, Teodoro y Beatriz no eran más que dos extraños.
Le había enviado un mensaje previo a la cita preguntando sobre el color del vestido que usaría, pues al parecer quería estar en sintonía con su atuendo, menudo gilipollas, se presentó en su casa alardeando como pavo real del coche que conducía, "ya que vistes de negro pensé que este auto sería el adecuado, ¿lo reconoces? Es Kitt" una sonrisa falsa dibujó su rostro, no tenía ni idea de qué coño hablaba el tipo, además su gorra le parecía de lo más ridícula.
La conversación hasta el restaurante consistió en la voz de Yeray consumiendo cada segundo, al parecer era el mítico Pontiac de la serie <<Knigth Rider>>, por supuesto, ella no tenía ni idea de lo que hablaba, enumeró otros autos para que ella supiera que podía combinarlos con sus atuendos, lo que le pareció lo más irritante y pretensioso que jamás sus oídos hubiesen escuchado.
Kabuki Wellington, un restaurante japonés de <<a quién le importa>> cuántas estrellas Michelín, fue su destino, odiaba el sushi, ese sabor agrio del arroz bañado con vinagre le provocaban arcadas, el intenso sabor del pescado crudo era algo que no disfrutaba, pero Yeray fanfarroneaba sobre su conocimiento del platillo nipón, "es el mejor Uramaki de todo Madrid" ella sonrió falsamente, al parecer era algo que haría toda la noche, ¿tenía que ser tan pesado? No era necesario que utilizara palabras tan pretenciosas como <<Uramaki>> podía decir simplemente California Roll.
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Universos paralelos
FanfictionCada posible resultado del universo existe simultáneamente en otros universos, un sinfín de realidades relativamente independientes en donde estamos tú y yo en una nueva realidad, pero siempre tú y yo. ‼️Advertencia: la mayoría de historias tienen c...