Tierra 21: Memorias de un conductor

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Todo será desde la perspectiva de Samuel

Samuel

Pasaban ya unos minutos de las diez de la noche, era una noche cálida en Madrid, era verano y el cielo estaba despejado, el calor afuera era agobiante, gracias al cielo que había arreglado el aire acondicionado del auto, me encontraba conduciendo despacio por una de las avenidas más transitadas, esperando que algún cliente contactara conmigo. Veía de reojo el móvil que estaba en el soporte sujeto a la salida de aire para tomar a cualquier cliente, había sido una noche lenta y no había tenido mucho pasaje.

Conducía un viejo auto rojo, estaba en buenas condiciones, había invertido mis ahorros para que fuera presentable y así poderme inscribir en una de esas aplicaciones de socios conductores, tomaba todos los viajes que podía, especialmente en las noches, para juntar el suficiente dinero para pagar las cuentas del apartamento en el que vivía y también para poder ahorrar y así proponerle matrimonio a mi novia.

Llevábamos ya dos años juntos y parecía ser el siguiente paso, era lo que todos decían, ese era el plan de todas formas, tienes una novia, te comprometes, te casas, tienes hijos y vives medianamente bien, era a lo que alguien como yo podía aspirar...

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Llevábamos ya dos años juntos y parecía ser el siguiente paso, era lo que todos decían, ese era el plan de todas formas, tienes una novia, te comprometes, te casas, tienes hijos y vives medianamente bien, era a lo que alguien como yo podía aspirar, siempre había querido ir a la universidad, pero la matrícula era demasiado cara y no podía darme esos lujos, por el momento esto estaba bien, especialmente después de que el restaurante en donde trabajaba cerrara y me quedara sin empleo.

El tiempo parecía eterno mientras esperaba a que la luz roja del semáforo frente a mí cambiara a verde, mis dedos inquietos repiqueteaban sobre el volante, la música sonaba suave, pero no estaba prestando atención a nada, mi vista estaba fija en la pantalla del móvil, esperaba ansiosamente el mensaje que anunciara una reserva dentro de mi perímetro, era bastante temprano como para tener clientes un sábado en la noche, por lo general, las notificaciones eran de chicos ebrios en la madrugada, aunque no tenía ánimos de lidiar con su bullicio, esperaba que alguien apareciera, el alquiler estaba atrasado y necesitaba la plata.

La bocina del auto que se encontraba atrás me hizo dar un brinco y espabilar, la luz verde brillante me hizo parpadear y avancé a sabiendas que el conductor había insultado a todos mis ancestros, después de unos metros la pantalla del móvil se iluminó y la notificación por la que había implorado apareció, acepté el viaje de inmediato sin importarme nada, decía que debía recoger al cliente frente a un restaurante que estaba a unas cuadras, era un restaurante lujoso, había pasado frente a él cientos de veces.

Una hermosa rubia con un vestido corto y rojo como el infierno esperaba cuando me estacioné frente a la acera, mostraba uno de sus hombros y mordía una de sus uñas, bajé la ventanilla y le pregunté si era ella la que había reservado el viaje en la aplicación, se inclinó y sus ojos felinos me parecieron hipnóticos, el hueso de su clavícula se marcaba y quería tocarla. "¿No piensas abrirme la puerta?" preguntó y tragué grueso saliendo de mis cuestionables pensamientos.

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⏰ Última actualización: Feb 14 ⏰

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