Tierra 15: La Gaceta de Madrid (Parte 1)

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Samuel

Era un periódico como cualquiera, la vista era todo un cliché, pequeños cubículos llenos de papeles desordenados, la pantalla del computador llena de notas de colores y un teléfono repicando con la mitad de las luces encendidas, miré a mi alrededor y todos parecían disfrutar de la adrenalina conferida por el tiempo que corría sin clemencia, debías entregar tu artículo a tiempo para que fuera publicado, la prensa nunca espera por nadie.

Llevaba ya un par de años como columnista en La Gaceta de Madrid, escribía un artículo de mierda cada semana, nada impresionante, solo pequeños consejos sexuales que extraía de mi fuente, una sexóloga reconocida de nombre Cayetana Grajera, no requería de mayor esfuerzo, ella prácticamente me entregaba el material que debía incluir todas las semanas y yo simplemente revisaba la redacción, hacia muy pocos cambios y luego lo enviaba a imprimir.

Llevaba ya un par de años como columnista en La Gaceta de Madrid, escribía un artículo de mierda cada semana, nada impresionante, solo pequeños consejos sexuales que extraía de mi fuente, una sexóloga reconocida de nombre Cayetana Grajera, no requ...

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La paga era suficiente para mantener mi estilo de vida promedio, mi vida era promedio, todas las mañanas subía a mi bicicleta, paraba por un café y una bolsa de churros en una cafetería cercana al periódico y luego escribía mi columna con las anotaciones de Cayetana, volvía a casa y veía alguna película con Fénix, mi gato y bebía una cerveza, luego iba a la cama y al día siguiente el ciclo se repetía, como dije, una vida promedio.

"Sabes que son buenos Guzmán, dame una oportunidad" dije por enésima vez a mi editor, mi sueño era que algún día mis caricaturas fueran publicadas, para eso me había esforzado tanto en la universidad, pero Guzmán insistía en que primero mi nombre debía sobresalir para que mis dibujos fueran tomados en cuenta, pero cómo diablos conseguiría eso sí escribía la maldita columna de consejos sexuales de la mojigata Cayetana.

"Sabes que son buenos Guzmán, dame una oportunidad" dije por enésima vez a mi editor, mi sueño era que algún día mis caricaturas fueran publicadas, para eso me había esforzado tanto en la universidad, pero Guzmán insistía en que primero mi nombre ...

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Cabreado me dirigí a la puerta y la cerré con fuerza, mis dibujos eran buenos, estaba seguro de eso, tal vez si buscaba en algún otro periódico encontraría una oportunidad, pero la verdad me aterraba dejar mi empleo, con eso de las redes sociales y la era electrónica cada vez era más difícil el medio escrito, así que solo me senté de golpe y seguí editando mi columna.

Observé la pantalla por varios minutos, el lápiz en mi boca tenía mis dientes marcados, era un mal hábito que surgía cuando mi yo estaba frustrado, lo cual era bastante seguido, y luego pensé en las palabras de Guzmán, mi nombre debía ser importante como para tener una oportunidad, pues eso haría, haría que toda España supiera quien era Samuel García, la pregunta era: ¿cómo?

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