Tierra 15: La Gaceta de Madrid (Parte 4 -final-)

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Samuel

Recojo mi ropa y me visto en silencio, hay un nudo enredado de preguntas en mi cabeza, vuelvo a ver la habitación, los látigos y fustas me producen escalofríos, pero al mismo tiempo siento cierta tranquilidad, Carla ha cumplido su palabra, jamás cruzó mis límites y no me hizo daño, aunque no puedo dejar de sentir un poco de vergüenza por lo sucedido.

"¿En qué piensas?" me pregunta luego de unos minutos, Roberto, su chófer maneja en silencio y ella y yo estamos sentados en la parte trasera del auto, a Carla le gusta que verbalice la cosas, quiere siempre que hable, yo odio hablar, pero al parecer forma parte del contrato, debemos ser completamente sinceros el uno con el otro, ella dice que es fundamental para construir la confianza necesaria para que nuestra relación sumisa/dominante funcione.

Lo pienso un poco antes de hablar, ella no me presiona, espera pacientemente por mi respuesta y luego de ordenar un poco mis pensamientos lo suelto "¿hay algo malo en mí?" ella solo sonríe sin despegar su mirada de la mía, "¿por qué crees que algo está mal en ti?" pregunta de vuelta, "esto no es normal" digo señalándonos a ambos, ella vuelve a sonreír. " La dominación y sumisión existen desde siempre, todos lo hacemos constantemente sin darnos cuenta, no es algo por lo que debas sentirte avergonzado, menos si te produce placer, debes verlo como una forma de liberarte" respondió, el nudo volvió a enredarse en mi cabeza y el auto se detuvo frente a mi edificio, "adiós Carla" dije descendiendo, "hasta pronto Samuel" respondió.

¿Liberarme? ¿cómo coño podía la sumisión liberarme?, y más importante aún, ¿por qué diablos parecía tener sentido?, todo lo que esa mujer decía siempre parecía tener sentido, en verdad vivíamos sometidos a muchas cosas en nuestro día a día, alguna...

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¿Liberarme? ¿cómo coño podía la sumisión liberarme?, y más importante aún, ¿por qué diablos parecía tener sentido?, todo lo que esa mujer decía siempre parecía tener sentido, en verdad vivíamos sometidos a muchas cosas en nuestro día a día, algunas otras las dominábamos, ¿por qué el sexo habría de ser diferente?, me pregunté tratando de darle sentido a lo que Carla había dicho. Serví la comida de fénix en su plato y cambié el agua, era un gato obeso y perezoso, yo era el culpable de eso, jamás había sido muy disciplinado.

Carla había dicho que podía escribirle si tenía dudas, ahora que no la tenía en frente me sentía un poco más seguro de preguntar, cogí mi móvil y empecé a escribir, "¿por qué eres capaz de someter a alguien que es más fuerte que tú?" escribí y presione el botón de enviar, dejé el teléfono en la mesa de centro y caminé hasta el refrigerador para tomar una cerveza, la verdad es que estaba huyendo, por muy tonto que eso pareciera, no quería estar ahí en cuanto mi teléfono vibrara con su respuesta, para mí mala suerte el teléfono empezó a repicar, el nombre de Carla apareció de inmediato, una videollamada ingresaba, debía contestar, eso también era parte del contrato.

Su voz era seductora y relajante "hola cachorrito" dijo y sonreí como idiota, "hola" fue lo único que pude responder, sin preámbulos ella empezó a hablar y a explicarme, "el sometimiento no solo se trata de fuerza bruta, también puede ser emocional, si tienes una mente débil cualquiera podría tomar ventaja de eso, sin importar tu tamaño o tu fuerza" respondió, fénix se acurrucó en mi regazo y empecé a acariciar su lomo, el silencio entre la línea solo era interrumpido por su ronroneo.

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