Tierra 17: El "abominable hombre de las nieves -Parte 2-

352 32 20
                                    

Nota: Si no han leído la primera parte corran a hacerlo ❤️♾️

Carla

Unos delgados y tenues rayos de luz se colaron a través de la cortina que cubría la ventana de mi habitación lo que hizo que arrugara los ojos antes de abrirlos, la conciencia empezaba a llegarme y me removí estirando mis músculos hasta que escuché el crujir de mi cuello, me restregué los ojos y por fin los abrí, estaba totalmente enredada en las sábanas de la minúscula cama, no había sido una mala noche pues el cansancio del viaje me había vencido de inmediato, pero dormir en una cama diferente a la que consideraba mía en Madrid no le había sentado muy bien a mi cuello y espalda.

Tomé mi celular que estaba sobre la mesita de noche y observé la hora, pasaban las diez de la mañana y tenía varios mensajes sin leer, me acomodé y abrí uno por uno para poder responder, la mayoría eran de mi madre, lo que me hizo sonreír, respondí a todos y cada uno de ellos sin tomar en cuenta la diferencia de horario, esperaba que el bombardeo de vibraciones no le llegara cuando estuviera dormida, no tenía aún muy claro cuántas horas teníamos de diferencia así es que no sabía si ella estaría durmiendo en este momento.

El resto de mensajes eran de Lucrecia y Cristian, mis mejores y únicos amigos en Madrid, se sentían un poco traicionados porque había decidido tomar este año y pasar tiempo con mi padre, el plan era que iríamos juntos a la universidad, para ellos era sencillo, tenían tan claro lo que querían estudiar, pero yo aún me debatía entre los mundos perdidos y las letras, Lu estudiaría comercio internacional y Cristian administración de empresas, este sería su primer año universitario y también sería el primer año que estaríamos separados desde la secundaria.

Respondí también a sus tonterías con una sonrisa y luego tomé mi toalla para darme una ducha, todo era silencioso y me gustaba, me gustaba que no quebrara mi status quo, en nuestra casa en Madrid también había mucho silencio en las mañanas, mamá y...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Respondí también a sus tonterías con una sonrisa y luego tomé mi toalla para darme una ducha, todo era silencioso y me gustaba, me gustaba que no quebrara mi status quo, en nuestra casa en Madrid también había mucho silencio en las mañanas, mamá y yo siempre tomábamos café en el jardín mientras leíamos algún libro o simplemente observábamos las flores de colores y el verde del pasto, era agradable. El vapor inundó el lugar y mis dedos comenzaron a arrugarse como señal de que había pasado suficiente tiempo bajo la regadera, era momento de salir y enfrentar mi primer día en la gélida Canadá.

Cogí un pantalón de mezclilla, un sudadero y unas zapatillas deportivas, desenredé mi húmedo cabello y lo dejé suelto para que se secara de forma natural, luego me haría un moño o alguna trenza para evitar tenerlo en la cara, cogí mi móvil y lo metí en el bolsillo trasero del pantalón y bajé de dos en dos las gradas, quería ver de nuevo a papá, quería conversar de todo lo que habíamos dejado pendiente la noche anterior por mi cansancio y desbalance horario. Al llegar al final de las escaleras retiré la cadena y observé rápidamente el lugar para buscarlo, era pequeño así es que no tardé nada en ubicarlo. Estaba en un banco alto frente a la ventana que daba a la calle, había una barra de madera a todo lo largo de ambas ventanas, detalle que no había tomado en cuenta el día anterior. Era para que los clientes leyeran tomaran café y se sentaran a observar por la ventana. También había otro hombre en la ventana de la izquierda, estaba de espaldas bebiendo café y ojeando un libro.

Universos paralelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora