mis apuntes por un beso ━━━ danielseavey!

Capítulo 44.

—❛𝐌𝐈𝐒 𝐀𝐏𝐔𝐍𝐓𝐄𝐒
𝐏𝐎𝐑 𝐔𝐍 𝐁𝐄𝐒𝐎❜—

—Te va a encantar Liv. —Sam asegura, dándome una copa con algo de alcohol que no conozco. — Yo me encargaré de que así sea.

Tomo la copa sin muchas ganas y le sonrío.

—Bueno, con que seas tú y no ese chico Thomas que nos dio la visita. —Daniel a mi lado se queja, lo miro con una sonrisa.

—Espera, ¿Thomas el de admisiones? —Jay pregunta uniéndose a nosotros en la sala.

—Sí, ¿lo conoces? —pregunto.

—Bienvenida a la NYU, Liv. Si le gustaste, ya estás adentro. —dice el mayor bebiendo de su copa.

Daniel vuelve a quejarse.

—Tranquilo hermanito, Liv te ama a ti. —Jay vuelve a hablar. — Todavía no lo entiendo si yo soy el guapo, diría que yo la cuido pero ya no estaré para cuando ella entre.

Me llevo una mano al pecho y le dedico una mirada de tristeza al mayor.

—Pero estaré yo, y por fin le agradaré a alguien. —Sam se sienta a mi lado, toma mi copa y se la da a Daniel para que él pueda abrazarme. — Seremos mejores amigos, Liv.

—Yo te cuido, Sam. —le digo acariciando su cabello.

—Abrázame a mí. —Daniel se queja, y me río, hoy está de quejón.

—Me huele a favoritismo —Jay hace la acción de olfatear al rededor y me mira con los ojos entrecerrados. — Más te vale no haber votado por el tonto al que abrazas, cuñadita porque entonces te harán falta condones.

Suelto a Sam y giro los ojos. Estamos en casa de Daniel desde hace una hora, los Seavey más grandes tienen un sobre en donde viene el nombre del ganador de las votaciones, así que me invitaron para poder abrirlo. El único problema es que estamos esperando a que los padres de Daniel lleguen, por su madre no tengo problema pero no quisiera que el señor Seavey se moleste de verme aquí.

Y casi como si alguien leyera mi mente, un auto se escucha afuera de la casa, al instante me giro hacia Daniel y él parece comprender lo nerviosa que estoy así que se acerca a mí con una sonrisa.

—No te asustes ¿bien? —pide. — Solo esperaremos a que mis hermanos abran el sobre y luego nos vamos con los chicos, no tienes que hablar con él.

—Pero es tu papá. —respondo y él se encoge de hombros restándole importancia.

Besa mi frente y me envuelve en un abrazo pegandome hacia él de manera protectora.

—¡Mis niños! — Keri saluda con emoción al ver a los otros Seavey.

—Hola, mamá. —ambos saludan y luego, su madre se voltea hacia nosotros.