Capítulo 1

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TRIS
Me deslizo hasta el suelo. Algo caliente resbala debajo de mí. Es rojo. La sangre tiene un color extraño.
Con el rabillo del ojo veo a David desmayado en su silla y a mi madre detrás de él caminando hacia mí. Lleva puesta la misma ropa que la última vez que la vi, gris abnegado manchado de sangre, con los brazos al descubierto luciendo sus tatuajes. Todavía hay agujeros de bala en su camisa, a través de ella veo la piel herida, roja aunque ya no sangra, como si estuviera paralizada en el tiempo. Lleva el pelo recogido en un moño aunque muchos mechones sueltos le conforman un halo dorado al rededor del rostro. Sé qué no puede estar viva, pero no se sí la veo ahora porque estoy delirando por la pérdida de sangre, porque el suero de la muerte me ha aturdido o por algún otro motivo. Se arrodilla a mi lado y me toca la mejilla con una mano fría.
-Hola Beatrice- me saluda y sonríe.
- ¿Ha terminado ya? - pregunto, y no sé bien si lo he dicho en voz alta o si sólo lo he pensado y ella lo ha oído de todas formas.
-Si - responde con los ojos llenos de lágrimas -.Mi querida niña, lo has hecho muy bien.
- ¿Y los demás? -pregunto ahogándome con un sollozo cuando la imagen de Tobías me viene a la cabeza. Sus ojos oscuros y tranquilos su mano fuerte y cálida cuando estuvimos frente a frente por primera vez -. ¿Tobías, Caleb, y mis amigos?
- Cuidaran los unos y los otros, es lo que hace la gente.
Los bordes de mi campo visual continúan siendo borrosos y a medida que los segundos avanzan se vuelve aún más oscuro, pero la imagen de mi madre sigue ahí frente a mí. Veo Sus cabellos dorados y sus ojos celestes fijados en mí. A pesar de que quiero irme con ella no puedo evitar pensar en una persona. En Tobías.
- ¿Qué ocurrirá con Tobías?- le pregunto a mi madre - le he prometido que no lo dejaría.
- El estará bien, cariño. El estará bien-. Responde ella totalmente tranquila, al igual que siempre.
Ello me relaja, y comienzo a cerrar los ojos.
Noto de nuevo un hilo que tira de mí, pero, esta vez, sé que no es una fuerza siniestra que me arrastra hacia la muerte.
Esta vez sé que es la mano de mi madre, que me lleva hasta sus brazos.
Lo único que hay dentro de mi cabeza es la idea de irme con mi madre, dejando todo atrás, tomar su mano y dejarme ir con ella. Pero en el momento en que estoy por hacerlo oigo una voz dentro de mi cabeza.
"Se valiente, Tris."
Susurra Tobias dentro de mi cabeza. Son las palabras que había dicho antes de que yo entrara a mi primera simulación. Me dijo que la primera sería la más difícil. Recuerdo como los cuervos me picoteaban. Los nervios se adueñaban de mí paralizándome. Cuando conseguí calmar mis pulsaciones y salir, grité a Tobias, pensando que había pasado horas allí dentro. Y él simplemente me había observado con suficiencia.
<< ¿Tienes idea de cuánto tiempo has pasado allí dentro?>>
<< No lo sé, - yo había dudado- ¿Tres o cuatro horas tal vez?>>
<< Has tardado tres minutos. Lo has hecho muy bien. >> Alagó, algo que Tobias no acostumbraba a hacer.
En aquel momento pensé que me miraba como a una iniciada estúpida, todas sus acciones llevaban a que pensara eso, pero no entendía que él estaba protegiéndome, como siempre ha hecho. A pesar de actuar de manera imprudente, siempre su intención ha sido protegerme. A pesar de haberse enterado que no era genéticamente puro...
Genéticamente Puro.
Al recordar eso, recuerdo todos mis planes luego de activar este suero. Todos mis planes. Irme a vivir con él. Dejar el departamento. Comenzar una vida nueva junto a él. Donde Podríamos decidir qué hacer ya que nadie nos controlaría.
<<No puedo irme. No puedo dejarlo. Le he prometido que no lo haría. >>
Pienso, pero el dolor que me recorre es tan fuerte y en mi campo visual comienzan a aparecer puntos negros
Seré Fuerte. Seré fuerte. Solo por él.
Recuerdo sus ojos azules. Esos ojos que me llenan de vida y me dan confianza.
No sé qué haré. Cómo aguantaré.
He perdido mucha sangre, la cual se encuentra toda a mí alrededor, o eso creo, debajo de mí antes estaba mojado. Ya no lo siento, lo único que puedo hacer en pensar. Mi campo visual continúa volviéndose cada vez más borroso, ya no puedo mantener abiertos los ojos, pero la imagen de mi madre sigue ahí.
- Mi niña - la oigo susurrar, ¿o estará hablando dentro de mi cabeza? - El podrá seguir adelante - responde a todo lo que yo he pensado.
- Madre-, respondo con mis últimas fuerzas - quiero vivir. Quiero quedarme junto a él. No sé si lo conoces, pero es la persona más fantástica que he conocido.
- Lo sé, mi niña, veo cómo te cuida y protege. Lo hacer mejor que de la forma que yo lo habría hecho.
- No digas eso, mamá - respondo.
- Es la verdad, Beatrice.
- Por eso no puedo irme, - respondo - quiero verlo. Quiero despedirme de él.
Quiero despedirme de él.
Es todo lo que pienso antes de cerrar los ojos.

Allegiant: Final Alternativo - Resurgente: Después de Leal [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora