Epílogo

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TRIS
Abro los ojos y estiro mis dedos buscando a mi lado, pero antes de llegar a mi objetivo algo toma mi mano y la lleva hasta unos labios, luego de entrelazar los dedos con los míos.
- Feliz Cumpleaños Beatrice - susurra Tobias a mi lado y tira de mi mano para acercarme hasta él y darme un tierno beso. Envuelvo su cuello con mis brazos y lo acerco más a mí. Intentando reducir la escasa distancia que queda entre nosotros.
De repente él se aparta y yo lo observo extrañada. Entonces estira su mano hasta el cajón de la mesita de noche y me sonríe.
- Tengo algo para ti.
- No era necesario. Ya te lo he dicho...
- Es tu cumpleaños número 18, Tris. Y yo si lo considero necesario.
Pasa su otro brazo sobre mi hombro y yo acuesto la cabeza en su pecho. Observo las sábanas blancas y el cubre cama negro que nos rodea, por los plack outs de la ventana entra luz y el techo se ve pulcramente blanco. La madera de la cama es negra, al igual que la mesa de luz y el cajón que Tobias acaba de cerrar.
Cuando voltea me siento, él se acomoda a mi lado con una de sus manos alrededor de mi cintura y me entrega una pequeña cajita color negra.
- Tobias, - sonrío-, no era necesario.
- Aun no lo has visto. - Responde él con sus labios contra mi cabello y yo abro la cajita.
Dentro, hay dos cosas. Una cadena de plata con un dije redondo, al igual que nuestros tatuajes, las llamas de Osadía brillan en plata dentro de un pequeño círculo. Debajo un anillo con dos hileras de diamantes separadas por tres vivos de oro y un diamante más grande engarzado arriba. Son preciosas, ambas joyas.
- Tobias - suspiro. - no tenías que...
- Si, - responde él y toma entre sus dedos el dije de nuestra antigua facción. - Lo quieras o no Osadía vivirá siempre dentro de nosotros. Será siempre una parte de nosotros. - Me lo coloca alrededor del cuello, con el sol que filtra por la ventana, puedo ver las llamas de osadía brillar. - Y esto. - Continúa hablando y toma el anillo. - Creo que era hora de llevar la situación un poco más seria. - Su mirada se encuentran con la mía.
- Ya es lo suficiente seria, - respondo y veo en su mano un anillo plateado, que yo no había visto antes. - ¿Y eso? - pregunto tomando su mano pero él me detiene.
- Primero es mi turno. - Él toma el anillo y antes de ponerlo me muestra el lado interno. Tiene grabado de un lado dos nombres.

"Tobias & Beatrice"

Y a continuación, separados por un pequeño corazón dos números.

"IV&VI"

- ¿Puedo? - me pregunta y yo le tiendo mi mano. Él pone mi anillo en la mano izquierda en mi dedo anular.
Yo me detengo al contemplarlo, y luego tomo su mano. Sin decir nada, le quito el anillo de la mano y lo observo, en el lado interno tiene un grabado, al igual que el mío con la diferencia de que en el suyo mi nombre se encuentra antes.

"Beatrice & Tobias"

Y luego del corazón.

"VI & IV"

- No es justo, - susurro y el me mira preocupado - se supone que yo debía ponerte el tuyo. - le reprocho sonriendo.
- Pues, adelante. - Susurra y me besa la frente.
Luego de ponerle el anillo, el rodea mi cintura con sus manos y yo lo empujo sobre la cama dejándome caer sobre él para besarlo.
- Te quiero -. Susurra contra mi boca.
- Yo también te quiero.

Tobias se ha ofrecido a llevarme almorzar por mi cumpleaños. Hemos ido aun restaurante que se encuentra aquí en Chicago, el cual hace únicamente, comidas típicas de osadía. Dirigido por osados, que Tobias conocía, es muestro restaurante favorito. Nos trae muchísimos recuerdos, y la comida es fantástica.
Cuando acabamos, volvemos a casa. Él sube detrás de mí. Vivimos en un edificio en la nueva Chicago, la cual es conocida también como "la cuarta ciudad" ya que, es el cuarto intento de reconstruirla, y esperemos que sea el último. Vivimos en el último piso del edificio Hankoock, al ser unos de los primeros residentes de la ciudad, hemos elegido donde queríamos mudarnos. Christina, Zeke y Shauna, viven algunos pisos debajo. Caleb y Cara, se han mudado a lo que era la antigua sede de Erudición. Y Matthew y Nita se han quedado en el departamento, aunque muy seguido se lo ve a Matthew por aquí.
Adoro nuestro departamento, es un pequeño reflejo de nosotros mismos, es muy amplio, los muebles son en su mayoría gris abnegado o negro osado, y está siempre lleno de luz. Tobias me lo ha dicho, "A pesar de haberlas dejado, las facciones siguen siendo parte de nosotros."
Tobias se detiene detrás de mí y cuando giro el picaporte para abrir la puerta, alguien la abre por el otro lado y me voy hacia adelante, pero en vez de estamparme contra el suelo acabo en los firmes brazos de Christina.
- ¡Feliz Cumpleaños! - gritan todos a su alrededor y no puedo disimular mi cara de sorpresa. No lo esperaba.
- ¡Feliz Cumpleaños, mejor amiga! - me saluda Christina, pero antes de que pueda seguir avanzando me detiene. - Tú no vas a ninguna parte antes de que yo vea ese anillo.
- ¿Lo sabias? - le pregunto a Christina mientras volteo hacia Tobias.
- ¿Cómo crees que he averiguado la talla de tu dedo? - me pregunta Tobias mientras yo le tiendo la mano a Christina.
- Es precioso-, susurra ella. - Tienes buen gusto en serio, Cuatro. - Los años han pasado y ella continua llamándolo Cuatro, y creo que nunca dejara de hacerlo, a pesar de que él ha vuelto a usar su nombre.
- Y tú que no confiabas en mí. - La incrimina él.
- De acuerdo, de acuerdo. - Christina pone los ojos en blanco -. Lo siento- responde mientras Tobias la abraza.
Camino hacia dentro de mi departamento y veo que lo han decorado y que hay comida en todas partes. No dudo, al pensar que Christina es responsable de todo esto.
Sentados al rededor del comedor me encuentro a los pocos amigos que me han quedado, Matthew, Zeke, Shauna y Cara. Caleb esta con ellos. Somos pocos, aun si incluimos a Christina, Tobias y yo. Pero aun así, son mi familia.
Todos dejan de conversar en el momento en que oímos el timbre.
Tobias camina hacia la entrada y abre la puerta, no puedo evitar mi cara de sorpresa, cuando veo a Evelyn del otro lado.
Ella entra y su hijo cierra la puerta tras ella, su cara de sorpresa es reconocible a kilómetros. Él tampoco esperaba verla aquí.
- Evelyn, - susurro en el momento en que ella se acerca hasta mí. Han pasado dos años, pero parece más joven. Ha perdido ese color pálido amarillento que había adquirido con los abandonados por no comer lo suficiente, sus ojos brillan, y no tiene ojeras bajo los ojos. Sus labios son una apretada línea recta que debo debatir si quieren esbozar una sonrisa o una mueca.
- Feliz Cumpleaños número 18, Beatrice. - Me saluda ella. Y yo me acerco a recibir su beso, el cual es simplemente un simple roce de mejillas.
- Gracias -. Respondo. - No esperaba verte aquí. - Las palabras escapan de mi boca antes de que pueda detenerlas pero no me arrepiento por haberla pronunciado. Tobias se encuentra a unos metros de nosotras.
- Lo sé, - responde ella -. Yo tampoco lo esperaba. Pero, no vine solo a desearte feliz cumpleaños, vine a disculparme por todo, y a arreglarme con mi nuera. - Responde ella, y en su rostro se ve la sombra de una sonrisa. Es la primera vez que me ha aceptado como su nuera, a pesar de que Tobias y yo no estemos casados, todos saben que llevamos años como pareja, y luego de todo lo que hemos enfrentado, nadie cree que algo pueda separarnos. Y nosotros tampoco.
Me pienso bien antes de responderle, ya que no quería decir lo que pensaba en voz alta, pero luego me doy cuenta de que no hay problema, ya que toda la gente que se encuentra aquí dentro es parte de mi familia.
- No tienes nada por lo que disculparte, Evelyn. - Respondo mirándola a los ojos. - Ya lo has hecho cuando conversaste con Tobias en el departamento mientras yo estaba conectada.
La cara de Tobias es de total desconcierto al oírme decir ello, pero la de Evelyn se curva en una pequeña sonrisa la cual trasluce un "Me lo esperaba de ti".
- No me sorprende que estuvieras oyendo. - Responde ella.
- ¿Por qué? - le pregunto. - Se supone que no estaba consiente.
- Veo reflejada mi juventud, en ti. - Suspira ella-. Quizá, no seamos tan distintas. - Responde a mi pregunta mientras me tiende un paquetito. Es un regalo. - Feliz cumpleaños, Beatrice.
Antes de tomarlo me acerco a abrazarla. Me sorprendo haciéndolo, pero el gesto me ha salido por sí solo, ni siquiera lo he pensado.
<<Quizás sea cierto- pienso, pero no se lo digo. - Después de todo, ambas amamos al mismo hombre. >>
Cuando nos separamos, me acerco a Tobias, para abrir el obsequio de su madre. Cuando él ve el anillo, abre mucho los ojos sorprendido.
- ¿Lo conoces? - le pregunto, mirando a Evelyn que se ha puesto a conversar con Shauna, pero aun así, al sentir mi mirada me sonríe y asiente.
- Es su anillo de compromiso. El que le dio mi padre.

Me arrojo sobre la cama y Tobias se deja caer a mi lado. Lleva unos vaqueros y la camisa negra desabrochada debido al calor, al verlo, no puedo evitar pensar que luce fantástico. Afuera esta oscuro, ha sido un largo día. Cuando él toma mi mano, me acerco para besarlo. Como respuesta entierra una de sus manos en mi cabello y con la otra me envuelve por la cintura y me sube sobre sí.
- Feliz cumpleaños - me susurra mientras baja por mi cuello con sus manos sobre mi cintura. Suspiro contra su boca cuando una de sus manos se desliza dentro de mi camiseta.
Vuelve a subir hasta mi boca y yo le rodeo el cuello con mis manos. Cuando nos separamos unos centímetros me pierdo en sus oscuros ojos azules. Jamás me cansaré de ellos. Él toma mi mano izquierda donde llevo el anillo que me ha regalado y lo observa con atención.
- ¿Qué ocurre?- le pregunto mientras apoyo la cabeza sobre su pecho desnudo. La diferencia de altura entre nosotros no ha desaparecido, y dudo mucho que lo haga.
- Aun falta algo... - Susurra
Levanto la cabeza y lo miro sin comprender.
- Solo te falta llevar mi apellido. - susurra.
- Lo haré con mucho gusto. - Respondo acercándome a su boca mientras él me quita la camiseta.

Allegiant: Final Alternativo - Resurgente: Después de Leal [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora