Allegiant: Final Alternativo - Resurgente: Después de Leal [TERMINADA]

Capítulo 22

Capítulo 22

WILL
– ¿Puedes proseguir? – insisto, ya que mi padre ha parado de hablar.

Observo a mi madre, quien abre su mochila y saca aquel cristal que le he visto en el piso en Osadía.

– ¿Eso es de allí? –pregunto y ella asiente levemente.

– Llegamos a la periferia – continúa mi padre –. Allí, el mundo estaba dividido, los divergentes eran conocidos como "Puros Genéticamente" y los que no lo eran estaban "Dañados Genéticamente".

– ¿Qué establecía esa diferencia? – pregunta Uriah.

– Los Puros Genéticamente poseían aptitudes para todas las facciones ya que sus genes no poseían daños ¿no es así? – Aline habla desde mis brazos.

Mi padre asiente levemente con la cabeza.

– ¿Cómo lo sabes?

– Registrando las cosas de mi padre hace algunos años encontré apuntada la diferencia entre los PG y los DG. Nunca pude preguntarle a que se debían por que ha muerto hace años, pero me hubiera gustado poder hacerlo. Ojala estuviera aquí para oír todo esto.

– Fue en un ataque organizado por los Dañados Genéticamente que Uriah perdió la vida – puedo ver que mi padre se derrumba al decirlo. Mi madre toma su mano y lo mira a los ojos.

– No fue tu culpa.

– Cuatro, – es Zeke quien habla – Tris tiene razón. Todos aquí sabemos que no has tenido nada que ver.

– Yo formaba parte de ese ataque, – suelta observando a Zeke –. Si hubiera escuchado a Tris nada de eso habría pasado.

– Cuatro – insiste Zeke – el ataque se habría llevado a cabo de todos modos y además, no solucionaras nada torturándote  ¿si, amigo? Supéralo ya.

– Mientras estábamos en la periferia, –mi padre continua –  Evelyn continuaba teniendo el control en Chicago y una nueva guerra estaba desatándose en la que Los Leales, planeaban derrocar a los abandonados.

≫ Para evitar más muertes en El Departamento, quienes habían iniciado todo el experimento, planeaban soltar el suero de la memoria para "reiniciar" la ciudad, y allí fue que nos pusimos en marcha: Caleb soltaría el suero en el departamento para borrar todas las diferencias entre PG y DG en  el departamento y yo hablaría con mi madre para que entregara el poder.

≫ Finalmente fue Tris quien soltó el suero y mi madre entregó el control con una sola condición: Que Marcus no tomaría ningún tipo de liderazgo.

– No se cumplió – suelta Aline –. Marcus es líder de Abnegación.

Mi padre se encoje de hombros.

– No pude eliminar los cortes liderando Osadía ¿crees que pude hacer algo al respecto? Lo intente, pero Marcus no es la clase de persona con la que puedas sentarte a dialogar. Solo a Tris puede ocurrírsele aliarse con él.

– ¡Oye! – mi madre asesta un codazo a sus costillas.

– Es broma, cariño – le besa la mejilla.

≫El Departamento se reinició y las facciones se disolvieron, cuando tu madre se recuperó nos mudamos a un piso en el edificio Hanckook, pero dos años después se convocó una reunión y una votación: Se restablecerían las facciones y toda la historia de la guerra quedaría en el olvido.

– ¿Recuperarse? – suelto sorprendido.

– Recibí dos disparos al soltar el suero – ella se encoje de hombros y se levanta un poco la camiseta. Sobre su cuerpo pálido puede verse una cicatriz redonda a la altura de su cadera –. Tengo otro en el pecho.

– Perdió la memoria luego de eso – suelta Christina.

– ¿De veras? – pregunta Uriah.

– Quisiera poder olvidar ello – confiesa mi padre.

– ¿Por qué? – le pregunto y mi madre sonríe.

– Olvidé todo lo ocurrido, recordaba solamente una parte de mi iniciación, de allí en adelante no recordaba nada.

– No recordaba a Cuatro – la corrige Christina.

– Lo recordaba, – continua ella – pero solo como mi instructor.

– ¿Qué hiciste? – le pegunta Uriah.

– Pregúntale a tu madre. Ella me salvó. Estuve dos semanas sin comer.

– ¿De veras? – observo a Christina.

– Las dos semanas que Tris estuvo inconsciente él no se despegó de su lado. Yo le llevaba comida a diario y lo obligaba a comer. No dormía, ni comía. Si Tris no llegaba a despertar, creo que Cuatro se iba con ella.

– No seas tan trágica, Chris – la reprende mi madre.

– Pregúntale a tu marido si no me crees a mí – Christina se encoje de hombros.

Una sonrisa asoma en el rostro de mi padre.

– Es tu mejor amiga, no encuentro motivo para que no confíes en ella. No estaba dispuesto a vivir sin ti – mi padre se encoje de hombros y observa a mi madre, es como si todos hubiéramos desaparecido y solo estuvieran ellos dos.

Aline suspira y los observa encantada.

– ¿Cómo lo hiciste? – pregunta cuando mi madre nos observa – ¿Cómo hiciste que recuperara la memoria?

– No lo sé – mi padre se encoje de hombros.

– Supongo que el amor es más fuerte – susurra mi madre.

– Quizá así sea– mi padre le besa castamente los labios.

Y el camión se detiene.

– Llegamos al límite – anuncia mi padre y todos nos ponemos de pie.

Bajamos en medio del campo. Henry y James se acercan a nosotros.

– Hemos llegado. Desde aquí proseguirán solos.

– Muchísimas gracias, James–. Mi padre toma las llaves y estrecha la mano del hombre.

Estos se despiden de nosotros y James por un segundo observa a Aline.

– No puedo creerlo – suelta –. ¿Cómo te llamas, niña?

– Aline – responde.

– Eres la hija de Carrick Claire – anuncia–. Jamás creí que volvería a ver a algún Claire.

– ¿Conoció a mi padre? – le pregunta ella.

– Éramos vecinos, crecí junto a tu padre–. James vacila un poco y luego levanta su manga y se quita una pequeña pulsera de plata –. Esto pertenecía a tu padre, – se la entrega a Aline –. Me la obsequió antes de marcharse para que jamás lo olvidara. Era mi mejor amigo. Creo que deberías conservarla.

– ¿De veras? – los ojos de Aline se han empañado.

– Eres su hija, tienes hasta sus ojos. Te reconocí por el parecido. Consérvala, es todo lo que él habría querido.

James se despide y junto a Henry se alejan en el otro carro.

–Muy bien, – mi padre habla – prosigamos.

– ¿Sabes  conducir? – le suelto.

– Por supuesto – una sonrisa se extiende por su rostro.