Allegiant: Final Alternativo - Resurgente: Después de Leal [TERMINADA]

Capítulo 7

TOBIAS
Mañana son las últimas peleas antes de que finalice la primera etapa.
Los iniciados ya se han retirado de la sala de entrenamiento, pero Tris se ha quedado con Aline, la erudita, para darle algunos consejos.
- Eres débil - suelta Tris cuando yo me aproximo a ellas -, no tienes músculos. Tienes que pelar utilizando tus codos y rodillas. Con tus manos y pies no conseguirás herir a nadie.
Ella la observa sorprendida.
- ¿Tu peleabas así?
- Yo peleo así - la   corrige ella -. Mira, te enseñaré.
Tris camina hasta el cuadrilátero y una vez arriba desvía la mirada hacia a mí.
- Tobias - me llama con una sonrisita cómplice en sus labios.
Yo sonrío con suficiencia y camino hasta el borde.
- No pelearé contigo, cariño.
- Por favor - ella pone los ojos en blanco - ven aquí.
Subo al cuadrilátero con una sonrisa y hablo mientras ambos comenzamos a movernos.
- Recuerda lo que ocurrió la última vez que peleamos en serio.
- Acabe entregándote el arma para que me volaras los sesos - suelta ella atizando el primer golpe, el cual esquivo.
- Si, pero antes de hacerlo, acabaste en el suelo - esta vez intento golpear yo, pero ella lo evita con  agilidad, sigue siendo muy rápida.
- Fanfarrón - suelta y se abalanza sobre mí.
Yo esquivo su patada pero recibo un golpe con su codo derecho, como respuesta, tomo su brazo y lo retuerzo dejándola de espaldas a mí. Me aproximo hasta su cuello y le beso la mejilla.
- Ríndete - susurro.
- Ni de broma.
Tris patea mi pantorrilla y se zafa de mis brazos, intento atraparla  pero un rodillazo de su parte en el lado interno de mis rodillas me derrumba. Antes de que pueda apartarme tomo su pie y tiro de él arrastrándola sobre el cuadrilátero. Ella se pone de pie y atiza varios golpes hacia mí, pero yo los esquivo y la empujo con algo de fuerza a la altura de su clavícula para que se derrumbe.
  Se pone de pie con un salto y con ese envión vuelve a saltar para colgarse de mis hombros con sus piernas y ambos caemos al suelo.
Ella se encuentra sobre mí riendo cuando la voz de Will resuena por la sala.
- Ya verás donde aprendí ese movimiento.
Ambos lo observamos parado junto a Aline quien nos observa sorprendidísima.
- Son increíbles - suelta.
- Créeme cuando te digo que es la primera vez que los veo pelear.
- ¿De  veras? - Aline abre mucho los ojos.
- Si, y no están peleando en serio. Cuatro jamás le pondría una mano encima a mi madre. Yo mismo lo mataría. - Me sonríe con suficiencia.
- Ah, ¿Si? - le suelto sonriendo -. Ven aquí si te atreves.
Tris se aparta del cuadrilátero y Will corre hasta pararse frente a mí. Da un pazo antes de intentar golpearme, por lo cual lo esquivo antes de comience su recorrido.
- Das un paso antes de golpear - le recuerdo -. Te he dicho que no continúes haciéndolo, es fácil predecir tu ataque.
Will atiza un golpe a mi mandíbula sin mover sus pies.
- ¿Así? -sonríe soberbio.
- Más te vale que no te agarre - le suelto golpeando su pantorrilla con mi pie y este cae al suelo.
Will se mueve con destreza por el suelo y yo salto para que no me patee y haga que me derrumbe. Lo tomo por la camiseta y lo alzo de la misma manera en que Zeke lo ha hecho el otro día.
- Sal de aquí - lo arrojo y el cae de pie debajo del cuadrilátero -. Mañana debes pelear para defender tu posición en las tablas.
- Me tienes miedo- me suelta  y yo volteo hacia Tris y Aline para que nos observen como testigos.
- Mañana luego del entrenamiento te veré aquí, lo amenazo riendo.
- Eres increíble - oigo que Aline habla con Tris.
- Tobias me ha enseñado a  luchar - reconoce ella y yo desde detrás la envuelvo por la cintura con mis brazos-. No creas todo lo que te dice - observo los ojos verdes de la erudita -. Es muy buena.
- Lo sé, - la joven observa el suelo apenada-. Es obvio que Will va a la cabeza porque se lo merece más que nadie.
Elogia  a mi hijo y yo volteo hacia él que está quitándose el polvo de la pelea de su ropa negra.
- Él podría ayudarte  - el rubor sube por sus mejillas cuando me oye.
- Will, - exclamo y se aproxima con una sonrisa.
- ¿Has cambiado de opinión? - me desafía.
- No, pero puedes darle algunos consejos a Aline - señalo a la joven quien lo observa sobrecogida.
- Con todo gusto - su sonrisa es un calco a la mía.
Ambos suben al cuadrilátero y con Tris observamos desde debajo, haciendo algunas correcciones. Jamás he ayudado a una iniciada.
De acuerdo, solo a Tris.