Capítulo 8

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TOBIAS
Me dirijo al edificio Hanckook a paso firme. Una vez dentro subo por las escaleras, cuando llego a destino golpeo la puerta con mis nudillos.
Zeke abre la puerta y sonríe al verme.
– ¿Cómo estas, hermano? – me pregunta haciéndome un gesto para que entre.
Su departamento es grande, aunque no tanto como el nuestro. Sonrío al entrar y sentirme a gusto con él. Zeke lo ha ambientado al igual que su piso en Osadía.
– ¿Cómo anda Tris? – Me pregunta por cortesía y yo desvío la mirada al suelo – ¿Ocurre algo?
Hago un gesto con una de mis manos para que se siente frente a mí y comienzo a narrar.
– ¿Restaurar las facciones? – Exclama cuando acabo – ¡Qué locura! Tu padre sí que esta demente, Cuatro.
– Siempre lo ha estado, – sonrío con suficiencia sintiéndome un crio pero siempre he creído eso y Zeke es quien más me conoce.
– Bueno, eso lo sé – frunce los labios, pensativo – ¿lo llevaran a cabo?
Me encojo de hombros.
– Por lo visto, sí. La idea es esa.
Zeke se pone de pie y sirve dos refrescos.
– De acuerdo, – vacila – veremos que podremos hacer–. Lo miro incrédulo – Venga, Tobias – suelta – ¿qué vas a hacer? ¿Impedirlo?
– Si es posible…
– No lo creo, y conociendo a Marcus, a quien no conozco – aclara sonriendo – hará que el pueblo decida, quizá lo someta a votación–. Pongo los ojos en blanco ¿mi padre? Seguro.
≫ Pero, – continua – se encargará de que sean un perfecto fraude.
Abro mucho los ojos. Mi padre ha dicho que lo haría de manera ordenada y que cada ciudadano podría decidir qué hacer. Lo observo a Zeke sorprendido, ya que algo me dice que tiene razón.
– Te he preguntado por Tris y hemos acabado con las facciones – Zeke retoma el tema – ¿Qué ha ocurrido?
– Nada, – me encojo de hombros aunque sé que no es cierto. Desde que hemos ido a esa reunión y la he visto corregir a Johanna cuando esta le ha atribuido el apellido Eaton que las palabras de Tris dan vueltas por mi cabeza:
“– Y por último, ellos son Beatrice y Tobias Eaton
– Tris. Tris Prior.”

– ¿Seguro? – Zeke me despoja de mis pensamientos – puedes contarme, hermano. Sabes que puedes.
Suspiro y cuento a Zeke lo ocurrido, emitiéndome lujo de detalles pero dejando a entender el motivo de mi preocupación.
– ¿Eso es lo que te preocupa? – me observa confuso–. Tobias – el pronuncia mi nombre con afecto, como si estuviera hablando con su hermano pequeño, y por un momento recuerdo a Uriah –. Sabes lo que Tris siente por ti y todos los sabemos, así como sabemos lo que tú sientes por ella.
No acoto nada y escucho.
– Sé que por más que te lo diga, seguirás pensando lo que te parece porque eres increíblemente  terco, pero ¿por qué no lo hablas con ella?
Me recorre un escalofrío de solo pensarlo.
– Vamos, eres “el Legendario Cuatro” – hace comillas con sus dedos resaltando las palabras –. El hombre con cuatro miedos. No tiene que ser problema para ti sincerarte con tu novia – el me gasta con una sonrisa y yo le arrojo uno de los almohadones del sofá.
– Eres un maldito. – Exclamo – Pero siempre has dado los mejores consejos.
Una sonrisa de satisfacción se extiende por su rostro.
Totalmente dispuesto a desviar el tema, hago la primera pregunta que se cruza por mi mente.
– ¿Y Shauna? – en el momento en que la hago, los ojos de Zeke se ensombrecen y algo en mi interior me dice que los papeles se han invertido.
El observa el suelo y yo aguardo. Nunca fui una persona entrometida, ni mucho menos de las que presionan a la gente para que digan las cosas, así que me limito  a aguardar a que mi mejor amigo esté listo para hablar.
En vez de esto, él niega con la cabeza.
– ¿Ocurrió algo?
– Ayer Salí con Christina – pongo la mejor cara de póquer que soy capaz, pero sé que la sorpresa se refleja en mi rostro–. No me malinterpretes, hace unos días cuando volvía de dar una vuelta me la cruce en la entrada del edificio Hanckook con las cosas para hacer la  cena.
≫Le dije jugando que no confiaba en que supiera cocinar y ella me desafió diciéndome que me esperaba a las ocho con la cena lista, como no tenía nada que hacer fui y, – él sonríe – es una cocinera estupenda.
Lo observo confuso pero no agrego nada, espero a que continúe.
– Cuando me reclamó haber triunfado le propuse una salida a cambio de la maravillosa cena que me había preparado. Simplemente como amigos, – aclara – ya que ella no había hecho más que preguntarme por mi relación con Shauna y yo le preguntaba por su situación con Matthew.
– No se ven muy seguido– le informo recordando lo que Tris me había contado – él se la pasa en la periferia trabajando con algunas investigaciones.
– Lo sé, me lo contó la otra noche.
Observa el techo como evaluando lo que va a decir.
– Quedé en que pasaría a buscarla ayer luego del ocaso para ir a cenar, hasta entonces, ningún sentimiento afloraba en mi cabeza.
– ¿Hasta entonces? – lo miro repentinamente divertido.
– Golpeé la puerta de su piso y ella me abrió con una sonrisa amistosa, fuimos a cenar y cuando volvimos me abrazo con aprecio y se despidió con un susurro: “Eres un gran amigo, Zeke. Gracias por todo.”
– Fue cuando oí esa frase que me derrumbé al llegar a mi piso, y  no entendí por qué hasta que me dejé caer en la cama y asimilé todo lo ocurrido. No quiero ser solo su amigo, quiero mucho más que eso.
Mi mandíbula se ha desencajado, pero aun así consigo articular las palabras.
– ¿Y qué ocurre con Shauna? – pienso recordándola.
– Ese es el problema– él se encoje de hombros sinceramente apenado–. No sé qué hacer, pero de una sola estoy seguro y es que no puedo negar lo que siento.

Aún siento el alcohol en mi garganta cuando abro la puerta del  departamento y me encuentro con Tris y Christina sentadas en la cocina.
– Que irónico verte aquí – le suelto a Christina y Tris entrecierra sus ojos evaluándome.
– ¿Por qué? – ella ríe ante mis palabras.
– Porque vengo de ver a Zeke –. Le suelto y Christina voltea hacia Tris ligeramente preocupada.

Allegiant: Final Alternativo - Resurgente: Después de Leal [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora